Desconfío de una persona que envía 4600 invitaciones para que esas otras 4600 personas lean, vean y compartan un artículo que esa persona escribió. No sólo peca de vanidoso, frívolo y pendenciero sino que además, no entiendo el sentido de hacerlo. Ya bastante hacemos individualmente cuando sin mejores ideas, naufragamos en el mar de las redes sociales y sin miedo a las pirañas o lo fría que esté el agua, nos someternos (consciente o inconscientemente) al mundo vertiginoso de los muros de otros; en donde a falta de adivinanzas, se publica casi por inercia todo aquello que cada uno escribe, hizo, publicó, pensó, realizó y demás acciones. ¿No es suficiente? Como para -encima- sobre todo y sin remedio, tener que diseminar 4600 invitaciones a leer un artículo. Acaso ¿hay placer en disparar como semen 4600 invitaciones? ¿Esa eyaculación de emociones y palabras vale la pena? ¿Cambia el mundo? ¿Lo mejora? ¿Lo hace más sensible? o es parte de un conjunto de acciones inútiles que hacemos día a día, como por ejemplo, escribir esto, en este blog, ahora.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Superchería
Luis Alberto Spinetta
"Cuando te das cuenta que es tu amigo quién te da la manoentonces para vos ya no existe el miedo ni el dolor ni el frío estás cómodo con él, en tu casa y sólo ves las estrellas de espuma y no hacés más nada, porque creés que ahora ya no estás tan sólo. Si te dieras al menos un porqué"
Escribir
A veces confundo mis palabras y pierdo el sentido último de aquello que quería contar. Quizás suceda y lo haga, por esta necesidad de expresión, que está más allá de todo. A veces tengo una estúpida forma de comunicarme a falta -tal vez- de mejores recursos orales.
Escribir. Elijo escribir. Y no hay mayor pecado en eso, pero decir (este decir) debe estar contenido en formas que aún estoy buscando. En esta búsqueda me encuentro día a día y aún más hoy. Las palabras son el camino, pero el sentido es lo que estoy buscando.
Escribir. Elijo escribir. Y no hay mayor pecado en eso, pero decir (este decir) debe estar contenido en formas que aún estoy buscando. En esta búsqueda me encuentro día a día y aún más hoy. Las palabras son el camino, pero el sentido es lo que estoy buscando.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Amuletos
No hay un manual pero tiene que haber alguna clave. En algún lado debe haber palabras bellas que decoren los pensamientos de una mejor forma. Alguien debe tener algún secreto. Por algún lugar debe haber una receta que diga cómo se hace. También, en alguna parte, debe haber alguna persona que sepa cómo es mejor manejar ciertas situaciones. Una especie de gurú intelectual, físico, matemático, químico o alquímico que sea prudente y visionario. En alguna parte deben estar las instrucciones, el manual o la caja. Tal vez, esté el botón en algún aparato desconocido. Quizás, sólo sea cuestión de encontrar ese objeto bendito/divino que sirva de amuleto, tesoro y fortaleza. Quizás, si aparece, no necesite buscarlo más.
Hubo, hubieron, no hay más.
Hubieron miles y sólo uno pasó. Hubo un silencio sordo, inquieto. Hubo mentiras, apegos y deseos encontrados. Hubo, también, una dosis innecesaria de caprichos y desatinos. Copas rotas, noches de desvelo y hasta conversaciones sin fin por teléfono.
También hubo celos, enfermos, enfermizos, psicóticos e innecesarios. Hubo, algún beso.
Hubo, atardeceres que parecían nunca terminar. Hubo parques que se convirtieron en parques sin memoria. Además, hubo un montón de frases hechas, caricias a destiempo y cervezas de más. Hubo violencia. Hubo fracaso. Hubo desencuentro.
Hubieron miles de errores. Sonrisas de más, complacencias fabricadas y negación. También, hubo misterio y nunca entendí bien qué tanto temías aceptar.
Hubieron miles, y sólo pasaste vos. Y aunque vos sólo pasaste, por mí sólo sentí el amor de otros. Y no me puedo arrepentir de haber vivido lo que sucedió: yo también soy parte. Y acepto que tal vez, el camino no fue el mejor pero fue el necesario para llegar hasta donde estoy.
Lo que se de vos ahora no me conforma, no me completa, no me suma y no me interesa. Pero, en el fondo, también acepto y comprendo que algo de todo lo que eras, terminó.
lunes, 12 de noviembre de 2012
El momento
Una boca, una mirada.
Unas flores llenas de pájaros.
Una canción.
Ese atardecer.
El tiempo que pasa
sobre el mar, que pasa.
El mar que se abre como poema al viento
y todo pasa en un milésimo de segundo
y otro,
y otro que va, y que flota.
Y otro, y otro,
siempre otro.
jueves, 1 de noviembre de 2012
¿Por qué duele?
No sólo duele por la herida, sino por el hueco que dejaste. No solo duele por todo lo que te quise, sino también por todo lo que cosechamos.
Si duele, es porque hubo cariño. Y si ese cariño no está más, entonces, conviene olvidar y ubicarte en el lugar del recuerdo. Nada vale la pena rescatar, si el puente que nos separa ha ido tan lejos, que ya, ni se ven los extremos.
No solo duele por la herida, sino que también duele por el recuerdo.
Angie Pagnotta
www.retratonarrado.blogspot.com.ar
miércoles, 24 de octubre de 2012
No dejar
No dejar la mente, no dejar el cuerpo. No dejar que se deje el verbo. No dejar las palabras, los silencios. No dejar que llueva por dentro. No dejar que el sol se apague lento. No dejar. No dejar que el fuego deje de arder, que la casa tenga un fuego pálido, seco, sin vida. No dejar que los días pasen como hojas por el viento. No dejar. No dejarte. No dejarme, vida.
jueves, 18 de octubre de 2012
Los días y las noches. Las noches y los días
Días en los que se cree que todo está perdido.
Noches en las que se persigue una quimera, aunque sea por el mórbido placer de sentir esperanza.
Días en los que se siente que nada pasa, incluso aquellas cosas que son pasibles de suceder.
Noches en las que una sola demostración basta para querer seguir adelante
Días en las que se confían los sueños al mundo de las preguntas.
Noches en las que la propia confianza avanza con buenos deseos.
Días en los que es mejor terminar el mundo de un plumazo.
Días y noches en los que es mejor quedarse sólo con el amanecer, tratando de reconstruir y mejorar el alma.
domingo, 14 de octubre de 2012
Pasado y aprendizaje
Parece ir hasta el final, parece perderse en el tiempo.
Su imagen persiste todas las imágenes posibles, y avanza, y va.
Parece pedir más, no quedarse conforme con el dolor causado.
Sus uñas/garras atrapan muchas presas, pero esta vez, no seré una más.
...
Ella castigó los recuerdos en mi mente y ya nada la hará brillar (lo cual es cierto, y acepto)
Yo martiricé algunas de sus creencias -que aunque son equivocadas- son para ella un dolor real. (lo cual asumo y entiendo)
Ella asumió una realidad que cree cierta.
Yo asumo la realidad que creo pero también acepto que esa realidad sea producto de lo que cree.
Ella irá por su camino.
Yo iré por el mío.
TODO PASA
viernes, 12 de octubre de 2012
Latidos y silencios
Sus suaves manos acompañaban el ritmo de su ausencia.
una noche de primavera, se invitó a oscurecer.
Ella llevaba en su pelo, el perfume perfecto de los jazmines y
llevaba también la pálida sed de los durmientes.
Ella tendía su brazo, ahogaba sus nervios, bebía sin sed.
Cincuenta pastillas se desplegaron en su vientre, frágil, sin tregua
Latía la madrugada y el cuerpo se había quedado inmóvil.
Latía, como un león enjaulado en la cima de una montaña,
aullaba, como el recuerdo de algo que no recordaría jamás.
Sus labios y su voz, se habían quedado mudos por siempre.
Ella había terminado, tal como lo anticipó.
Alejandra, dulce e irónica, capricho de la vida,
sonrisa de sedas, musa de las musas.
Alejandra, llanto, pena, ansiedad y salvación.
Tus suaves manos acompañaron el ritmo de tu ausencia, tus suaves manos me dijeron adiós.
Dedicado a Alejandra Pizarnik
jueves, 11 de octubre de 2012
Me dije basta
Yo me fui de vos. Y mi alma cerró la puerta.
Yo me fui de vos. Y mi cuerpo dejó de amarte.
Yo me fui de vos. Y mis ganas se pulverizaron como la arena.
Yo me fui de vos. Y mis besos decidieron no encontrarte.
Yo me fui de vos, y al irme, me dije basta.
viernes, 5 de octubre de 2012
Mira a todos a tu alrededor
“Mira a todos a tu alrededor y ve lo que hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada día. No hemos amado por encima de todas las cosas. No hemos aceptado lo que no se entiende porque no queremos pasar por tontos. Hemos amontonado cosas y seguridades por no tenernos el uno al otro. No tenemos ninguna alegría que no haya sido catalogada. Hemos construido catedrales y nos hemos quedado del lado de afuera, pues las catedrales que nosotros mismos construimos tememos que sean trampas. No nos hemos entregado a nosotros mismos, pues eso sería el comienzo de una vida larga y la tememos. Hemos evitado caer de rodillas delante del primero de nosotros que por amor diga: tienes miedo. Hemos organizado asociaciones y clubs sonrientes donde se sirve con o sin soda. Hemos tratado de salvarnos, pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes. No hemos usado la palabra amor para no tener que reconocer su contextura de odio, de amor, de celos y de tantos otros opuestos. Hemos mantenido en secreto nuestra muerte para hacer posible nuestra vida. Muchos de nosotros hacen arte por no saber cómo es la otra cosa. Hemos disfrazado con falso amor nuestra indiferencia, sabiendo que nuestra indiferencia es angustia disfrazada. Hemos disfrazado con el pequeño miedo el gran miedo mayor y por eso nunca hablamos de lo que realmente importa. Hablar de lo que realmente importa es considerado una indiscreción. No hemos adorado por tener la sensata mezquindad de acordarnos a tiempo de los falsos dioses. No hemos sido puros e ingenuos para no reírnos de nosotros mismos y para que al fin del día podamos decir «al menos no fui tonto» y así no quedarnos perplejos antes de apagar la luz. Hemos sonreído en público de lo que no sonreiríamos cuando nos quedásemos solos. Hemos llamado debilidad a nuestro candor. Nos hemos temido uno al otro, por encima de todo. Y todo eso lo consideramos victoria nuestra de cada día.”
Fragmento de Aprendizaje o Libro de los Placeres
miércoles, 3 de octubre de 2012
lunes, 1 de octubre de 2012
Ensoñación
Soñé con tu figura, tal como eras antes. Un vestido largo floreado, el pelo fino, ondulado con el flequillo inquieto. Soñé que nos cruzábamos en la calle, yo te miraba sorprendida, miraba a los costados y vos con una sonrisa, decías palabras indecibles en la realidad, palabras que jamás escucharé nuevamente. Soñé que un abrazo nos unía, y ese abrazo era real. Soñé que todo pasaba, y que las dos entendíamos pero también me desperté y entendí la verdad.
martes, 25 de septiembre de 2012
40 años sin Alejandra Pizarnik
En homenaje a los 40 años de la ausencia física de la escritora Alejandra Pizarnik, dejo un texto que escribí pensando en ella.
Los pasos de Alejandra:
Alejandra por momentos fue Flora, Pizarnik o simplemente A.P.
Sus iniciales ahora dicen mucho pero en su momento – y para ella – no fueron
nada. Alejandra vivió en un sobrio y desordenado departamento ubicado en la
calle Charcas, propiedad de su madre. Una madre que nunca escuchó las alarmas y
tampoco entendió las alertas.
Su ropa oscura, su pelo corto y su clásico Montgomery marrón eran casi lo único que la acompañaba. Nunca supo relacionarse con nadie –del todo ni demasiado- porque la gente o los extraños –como ella decía– la miraban raro o simplemente no la entendían.
La relación con su entorno no era del todo buena y tampoco lo era su vínculo con los hombres. Alejandra tenía mucho sexo ocasional del cual a veces se sentía culpable, incluso decidió acostarse con mujeres pero nunca pudo sentir el amor de nadie. Sus cartas con Julio Cortázar eran a penas un beso en la mejilla y aunque ambos expresaban desordenadas dosis de amor, ninguno se involucraba tanto como para asumir que algo más sucedía entre ellos.
Su cuerpo era la peor de sus cárceles, incluso más que su propia mente. Fumaba, caminaba ansiosa y simulaba muecas bobas o gestos complacientes con tal de que nadie entendiera demasiado o tal vez, sospechara.
Alejandra derramó sus ojos en el suelo de su casa, cuando tomó unas cincuenta pastillas para no despertar jamás. Dejó algunas cartas y anotaciones. Dejó también textos y relatos que luego se publicaron y todas las claves de su vida quedaron anotadas en su diario; diario que acabo de leer y ahora sólo me puedo preguntar: ¿por qué no te evité tanto dolor? ¿Por qué no llegué a tiempo, Alejandra?
Su ropa oscura, su pelo corto y su clásico Montgomery marrón eran casi lo único que la acompañaba. Nunca supo relacionarse con nadie –del todo ni demasiado- porque la gente o los extraños –como ella decía– la miraban raro o simplemente no la entendían.
La relación con su entorno no era del todo buena y tampoco lo era su vínculo con los hombres. Alejandra tenía mucho sexo ocasional del cual a veces se sentía culpable, incluso decidió acostarse con mujeres pero nunca pudo sentir el amor de nadie. Sus cartas con Julio Cortázar eran a penas un beso en la mejilla y aunque ambos expresaban desordenadas dosis de amor, ninguno se involucraba tanto como para asumir que algo más sucedía entre ellos.
Su cuerpo era la peor de sus cárceles, incluso más que su propia mente. Fumaba, caminaba ansiosa y simulaba muecas bobas o gestos complacientes con tal de que nadie entendiera demasiado o tal vez, sospechara.
Alejandra derramó sus ojos en el suelo de su casa, cuando tomó unas cincuenta pastillas para no despertar jamás. Dejó algunas cartas y anotaciones. Dejó también textos y relatos que luego se publicaron y todas las claves de su vida quedaron anotadas en su diario; diario que acabo de leer y ahora sólo me puedo preguntar: ¿por qué no te evité tanto dolor? ¿Por qué no llegué a tiempo, Alejandra?
Angie Pagnotta
lunes, 24 de septiembre de 2012
sábado, 22 de septiembre de 2012
Espejo mágico por Clarice Lispector
Clarice Lispector escribió una serie de columnas para tres grandes diarios de Brasil. Estos escritos no fueron publicados con su nombre, sino con seudónimos. Una editorial, más precisamente Editora Rocco, publicó recientemente Correio Feminino, una selección de estas columnas. Eran textos que en cierta medida intentaban demostrar a la mujer en el ámbito propio del género, rescatando sus potencialidades (como salir a buscar empleo y formarse en las universidades) así como también desterrar la idea de matrimonio como "santa solución". Entre otras cosas, Lispector se propuso unirse y entenderse como mujer en los años 50, ya como una popular escritora. A propósito de esto, nos pareció bien compartir con ustedes una de esas columnas.
ESPEJO MAGICO
publicado en Diário da Noite,
28 de abril de 1960
No sólo el espejo de la madrastra de Blancanieves es mágico. La verdad es que todo espejo tiene la misma magia. ¿Recuerdan a la madrastra malvada? Ella tomaba el espejo –probablemente era un espejo de cartera– y preguntaba:
–¿Quién es más linda que yo?
El espejo respondía. Como cualquier espejo.
No se desanime por lo que cualquier espejo puede responder. Las respuestas no son tan crueles, son informativas, y de usted depende el uso de las informaciones.
Sólo que la pregunta de la reina no cabe. Y no importa. Usted no debe preguntar: “Quién es más linda que yo”. Es mejor preguntarle al espejo: “¿Cómo puedo estar más linda de lo que soy?”.
Aquí los ingredientes para un espejo mágico: 1) un espejo propiamente dicho, preferentemente uno de cuerpo entero, 2) usted delante de ese espejo, 3) coraje.
Sólo porque hablé de coraje apuesto a que se está preparando para descubrir algo amedrentador. No es eso. Coraje para verse, en vez de imaginarse. Y, sin darse cuenta, encontrar algún plan cuyo objetivo secreto sea llegar a ser lo que usted imaginó. Pero recuerde: la imaginación sólo nos sirve cuando está basada en la realidad. Su “material de trabajo” es la realidad respecto de usted misma.
No le voy a decir lo que tiene que hacer para mejorar su apariencia. No tengo la pretensión de enseñarle al pez a nadar. Hay sólo una cosa que usted no sabe: que sabe nadar. Quiero decir: si tiene confianza en sí misma, descubrirá que sabe mucho más de lo que piensa. Pero, de cualquier manera, estaré aquí para ayudarla a no olvidar lo que sabe.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Ven
Con la poca piel que nos queda de distancia, con esa misma piel que elegimos ocultar para no ver. Ven, cariño, ven. Ven al lugar donde no guardo ropas para que llenes, ni capuccinos cursis de amaneceres. Ven, al lugar donde somos hueso y carne, donde respiramos el mismo aire pero sin ahogarnos. Ven, al lugar donde entiendo tus silencios y no cuestiono tus horarios. Ven, y abrázame. Ven y vivamos en estos 70 metros cuadrados, el amor más intensamente vivido y ansiado.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Germán
Me hice una
trenza en el pelo, me senté y me fumé sus cigarrillos. Germán estaba acostado en mi
colchón y yo no podía dormirme. Eran apenas las 3 de la mañana y el
whisky se había terminado en mi antipática mesita ratona. Miré la
alfombra y vi sus calzones. A un costado -en la cerámica blanca- observé uno
de sus cabellos: inconfundibles, rizados y de un oro profundo, casi enredados sobre sí.
Detesto sus pelos en mi cerámica, detesto estar en esta situación.
Tomé una
botella de agua, me senté en el sillón frente al balcón y pensé un largo rato
sobre tomar una decisión. No podía echarlo, tampoco quería. Era
tarde, casi las 4 y quizás el pronóstico esta vez no fallaría. No podía echarlo y menos ahora.
Germán
tosió o estornudó, o hizo un ruido horrible que me hizo volver a mirarlo. Allí estaba, ovillado, desgarbado y torcido. Se le veía el culo
porque estaba todo enmarañado en la sábana gris. Mi gato lo miraba con recelo,
él le había quitado su lugar y su orgullo no le permitiría compartir el botín acolchonado.
Me fui al
baño y me pregunté en el espejo qué debía hacer. No creía en mis decisiones como tampoco creía en sus palabras. Sus acaramelados deseos no eran
gotas de alivio, eran -muy en el fondo- simples palabras.
Me fui de
mí.
Me terminé el quinto cigarrillo y me acomodé entre mis sábanas y su cuerpo pero el gato seguía y nos miraba con recelo.
Me terminé el quinto cigarrillo y me acomodé entre mis sábanas y su cuerpo pero el gato seguía y nos miraba con recelo.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Renacer
"Y en nuestros actos más secretos nos detenemos a pensar, yo anduve algún tiempo muerto, me gusta resucitar"
La frase pertenece a la banda "Tan Biónica" y la canción se llama "El duelo"
lunes, 3 de septiembre de 2012
Extrañar
Hoy te extraño sin el tinte paralizante de la tristeza. Te extraño en lo cotidiano, en el día a día, en las risas, en los enojos o los retos. Te extraño en el desayuno, la merienda pero sobre todo la cena. Te extraño en los abrazos, las palabras y los mimos después de cenar. Te extraño sin rito, sin ceremonia, sin fecha que recordar pero también recordando que hace 3 años y 8 meses que no te tengo conmigo. Te extraño sabiendo que no vas a volver, que ya está, que ya te fuiste. Te extraño del verbo: NECESITO A MI MAMÁ y no hay reemplazo, ni abrazo, ni palabra que reemplace eso, simple.
Fantasy
Siempre que salgo tengo al lado un monitor
y no se quién está aquí.
Alguien me llama por el maldito amor
y no sé quién está aquí.
No conozco a nadie
y todos saben de mí
pero es así
porque siempre estoy en Fantasy.
Cuando estoy sólo ya no se por quien vivir
porque nunca estás aquí.
Ya mis pies congelados llegan hasta mí
porque nunca estás aquí
No sabes de nada
y todos hablan de ti
pero es así
porque siempre estás en Fantasy.
Fantasy es un lugar
del que nadie puede regresar
del que nadie puede regresar.
Fantasy es ilusión
porque nunca hay nadie alrededor
porque nunca hay nadie alrededor.
No conozco a nadie
quisiera verte a ti
pero es así
porque siempre estás.
Fantasy es un lugar
del que nadie puede regresar
del que nadie puede regresar.
Fantasy es ilusión
porque nunca hay nadie alrededor
porque nunca hay nadie alrededor.
No conozco a nadie
quisiera verte a ti
pero es así
porque siempre estás.
sábado, 11 de agosto de 2012
Que decir
Es difícil escribir en tiempos de cólera televisiva, estímulos visuales, celulares, notebook, y tablets. Es difícil alejar todas esas distracciones por un rato, y volver a concentrarse en el objetivo primario de hacer por placer, algo que nos apasione. Es difícil, pero no imposible.
Hay que encontrar nuevos actores, nuevas ideas, y sobre todo saber encastrar las nuevas palabras.
Pero cuando se logran obtener las palabras, el problema a veces es qué decir. ¿Qué contenidos se disparan sin contenidos madre?
La preocupación ya no pasará por la estructura, la composición, el lenguaje sino por el contenido, el mensaje o aquello que vale la pena contar. Y ese será siempre el mayor de los problemas, si lo que se pretende decir, pretende ser leído.
viernes, 10 de agosto de 2012
Coqueteo
Me gusta tu sonrisa infinita.
Me gusta el misterio de tus ojos.
Me gusta el sonido de tu voz.
Me gusta tu piel.
Me gustan tus manos.
Me gustan tus gustos.
Me gusta tu cuerpo.
Me gusta que te guste.
martes, 7 de agosto de 2012
Es absurdo
Tanto costó llegar hasta acá que ahora, abandonar el viaje, es absurdo. Tanto esfuerzo multiplicado en lágrimas, tantas peleas, tantos miedos. Incontables desatinos, algunas verdades, muchas fichas que llegaron tarde y un enorme caudal de falsas palabras.
Tanto costó llegar hasta acá, que ahora, no queda mejor remedio que seguir. Y volver a remar contra posibles corrientes, contra tiempos que maneja el destino, con necesidades que se escapan de mi corazón y con la certeza de estar ahora -por fin- en el camino correcto.
Tanto costó llegar hasta acá, que ahora, abandonar el viaje, es absurdo.
La imagen es un dibujo realizado por Alejandra Pizarnik
lunes, 6 de agosto de 2012
jueves, 2 de agosto de 2012
miércoles, 1 de agosto de 2012
El cuerpo que no habito
Pasó el cuerpo que habito. Pasó ayer y siempre, en un triste latir. Sus pulsos tibios dejaron de existir -al menos mentalmente- y se fueron sin intenciones de volver.
El cuerpo que habito es el castigo, el miedo, el dolor y también la muerte. El cuerpo que habito, me encierra en un mundo sin sonrisas, sobrio, aburrido, áspero, sin libertad. El hábito del cuerpo es la cárcel y yo no dejo de meterme males adentro para intentar morir.
Debo salir y abandonar mi carne para siempre. Debo -sin miedo- insistir en mi ausencia y terminar este dolor que se quiebra como un silencio partido.
lunes, 30 de julio de 2012
miércoles, 25 de julio de 2012
Enseñanza
“Enseñarás a volar, pero no
volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a
vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo en cada vuelo, en cada sueño, en
cada vida, perdurará siempre la huella del camino enseñado.”
Madre Teresa de Calcuta
Madre Teresa de Calcuta
martes, 24 de julio de 2012
Nada
Todo lo que se va. Todo lo que se pierde. Todo lo que no tiene sentido. Todo lo que persiste. Todo lo que no llama. Todo lo que atrae. Todo lo que perdona. Todo lo que condena. Todo lo que duele. Todo lo que lastima. Todo lo que enferma. Todo lo que anestesia. Todo lo que perturba. Todo lo que alegra. Todo lo que llueve. Todo lo que amo. Todo lo que espero. Todo lo que quiero. Todo. Todo y nada.
lunes, 23 de julio de 2012
Destino
Ella dejó un mensaje.
Él abrió la puerta.
El papel cayó al suelo.
Ella se fué para el norte.
Él para el sur.
viernes, 20 de julio de 2012
Amigos
El sexo con él ya no era una circunstancia. Yo
esperaba inquieta, mientras él servía algo para tomar. Una copa de vino, y un
chocolate eran la excusa de esa noche. Tomó mi mano y me llevó a la habitación.
Puso un disco de Sumo y me invitó a
brindar por la lluvia; lluvia que según él era menos ruidosa si yo estaba a su
lado. Quizás me besó el cuello o las mejillas, no recuerdo bien, pero me dijo
que me deseaba y que mi cabello olía siempre bien.
Sus piernas eran bastante largas, mucho más que
las mías y en ese incómodo sillón borravino –del estudio de abogados con el
nombre de su padre- me invitó a besarlo.
Mientras me acariciaba el pelo y sus besos iban por mi cuello, me distraje mirando sus cuadros, sus estantes, aquella figura hipnótica de Miró, la pila de libros y las fotos de su último viaje.
Mientras me acariciaba el pelo y sus besos iban por mi cuello, me distraje mirando sus cuadros, sus estantes, aquella figura hipnótica de Miró, la pila de libros y las fotos de su último viaje.
Los ojos de Federico se cerraron y sin querer los
míos también. De pronto se paró y me pidió que lo desnudara. Mis manos
temblaban pero yo me dejé seducir por el juego. Los dos teníamos ganas de estar
juntos pero yo sólo pensaba en aquel secreto que me llevó hasta su
casa.
miércoles, 18 de julio de 2012
Recuperando el alma
Releía algunas cartas, anotaciones y comentarios de viejas espinas. Todo eso se me tradujo en revolver mis pensamientos y en una reflexión. Hice el ejercicio de pensar en los sentimientos que tenía en ese momento del pasdao y los comparé con esta instancia, este momento. Momento en donde nada me pone más feliz que mi vida, mi trabajo, mi pareja, mis amigos y -como siempre- mi familia. ¿Qué puntos de contacto encuentro con ese pasado? NADA, ninguna parte. O como dice la canción ningún recuerdo, nada, nada.
Aquella era una felicidad sin pureza, sin sabor a nada. Y hoy, antes de hablar de FELICIDAD, pienso en el respeto que debo tener por esa palabra. Pero, esta búsqueda llamada feliciadad, es la misma que muchos dicen conocer, pero que pocos valoran.
Y de pronto, caída inminente de castillos de arena; castillos que caen con cada nueva ficha que llega al tablero. El pasado cobra sentido si en cierta medida se confirman algunas teorías latentes, y cuando eso pasa, el dolor sigue siendo fuerte pero el alivio es, aún más fuerte. Y yo todavía, tengo la tonta torpeza de necesitar confirmar mis decisiones, para no volver atrás.
domingo, 15 de julio de 2012
Se suponía
Se suponía que esta noche ibas a llamarme. Se suponía también que más tarde nos veríamos. Tal vez ibas a acostarte con tu mujer para luego escaparte o directamente le blanquearías que saldrías de urgencia: que nuevamente tu amigo Diego, el cirujano, tuvo un imprevisto y no pudo ir al hospital.
Se suponía que hoy hubiéramos estado juntos. Que la cena que cociné la íbamos a disfrutar los dos. Que vos traerías helado, que yo destaparía el vino. Que me convidarías de tus cigarrillos y yo te daría un masaje. Se suponía que esta noche ibas a llamarme y estaríamos juntos, pero un mensaje de texto me alertó del problema de tu amigo Diego, el cirujano, y que hoy de imprevisto, tenías que ir vos al al hospital.
martes, 10 de julio de 2012
De esperanza y de fe
Duele ver la sensibilidad anestesiada, los labios desprendidos por temor y la riqueza destrozada frente al hambre.
Duele ver la resistente libertad oprimida, las luces amarillas titilando como símbolos de poder, duele ver - entre otras cosas - la distancia corrompida entre nosotros dos.
Desenmascaradas varias heridas y atravesados varios dolores queda
un camino sin barro pero con tierra por quitar. Queda - también - la extraña
sensación de que todo lo anterior fue mentira, aunque una voz por dentro me
dice: no avances, no sigas, no intentes volver oro aquel pedazo de metal
enchapado, no insistas.
El tiempo determina algunas cosas y pone en silencio otras que ya
no son necesarias pronunciar. La esperanza es la única esperanza por sí
misma y a esto nos aferramos los que no tenemos fe.
lunes, 2 de julio de 2012
Belleza de extrañarte
Belleza de tus manos cuando son como las mías. Belleza de encontrarme y recorrerte.
Belleza que atraviesa la piel para siempre. Belleza que avanza quieta en el jardín.
Besos que descubren las caricias. Caricias que arrinconan otros besos.
Belleza de extrañarte, de sentirte y de herirme con cada ausencia distanciada.
Escribir
He de escribir. Escribir con la pluma, la voz, la palabra; escribir con las manos, los dedos, el dolor. He de escribir y será con el poco olvido que queda, con todo el amor que queda y el desamor recibido. Escribir con las ganas, los sueños, el mar y las estrellas. He de escribir entera o a pedazos, cansada o dormida, despierta o callada. He de escribir y esa será la única esperanza.
domingo, 1 de julio de 2012
Causar dolor
Causar dolor es un pecado, dice una pakistaní al matar una cabra. Minutos después se encomienda ante los ojos de Alá, esperando que entienda los motivos del asesinato que acaba de cometer.
El pakistaní dice que su familia debe comer, y matar a una de sus cabras le dará los recursos suficientes para hacer zapatos y mantas para - entre otras cosas - recubrir su espalda cuando lleve cargas pesadas, al atravesar las montañas.
Causar dolor es un pecado y me quedo con esa frase a esta hora y en este lugar donde el dolor atraviesa fibras que creía intactas.
martes, 26 de junio de 2012
Excusas
Cualquier excusa es buena, con tal de tenerte
cerca. A veces pienso en lo extraño de nuestros días. ¿Acaso no te das cuenta
lo cerca que necesito tenerte?
Quizás no entiendas que es necesario poner
excusas para saber de vos, como sea. Sos esa especie de rubí que necesito para
poder brillar. Me río cuando me acusas y decís “no me conoces nada”, que
equivocado estás. Crees a veces que no te entiendo o que incluso exagero, pero
¿sabes que no es así, no?
Tengo la esperanza de que quizás entiendas mis
palabras, y algún día acaricies mi sueño conmigo. A veces, es necesario perder
para poder ganar más, y eso también es algo que los dos debemos entender para
poder seguir en el mismo, o en otro camino.
Foto tomada por mí, en Mar de Las Pampas
lunes, 25 de junio de 2012
El camino del mar
El mar que rompe en la orilla
Mi calma quieta, como encendida
Los hombres que preguntan por vos, se alejan
Doce mil horas después, vuelven con pena
Y mientras el mar rompe con todo aquello que se
fue y no vuelve
Rompe, porque entiende que debe irse y no
volver.
Y esos hombres que preguntan por vos, se alejan
Y todo el viento que viene del cemento, se
esconde
Soy del mar y no soy viento
Soy del mar y no tengo miedo
Y logro acariciar la arena, áspera, inquieta
Y yo también puedo soñar con horizontes y oler
tu pelo sabor a mar
Mientras el mar que rompe en la orilla, nos
aleja.
La foto es propia, sacada recién en Mar De Las Pampas.
martes, 19 de junio de 2012
¿Dejar de ser o nunca haber sido?
Después de algunas lecturas y de ver En Terapia (TV Pública, de lunes a
viernes a las 22.30) me puse a pensar sobre la incondicionalidad de las personas y sobre la mía hacia los demás.
Creo que todos - en mayor o menor medida - sabemos que es o cómo se define ser incondicional. Pero pienso que esa elección (de serlo o no) es o tiene un juego íntimo y complejo: por un lado el que recibe ayuda, compañía, cariño (o lo que sea) se siente agradecido e incluso con ánimo de retribuir ese sentimiento. Pero ¿qué pasa cuando elegimos dejar de ser incondicionales? O ¿qué pasa cuando esa persona que nos parecía incondicional deja de serlo? Y en tal caso, cuando sucede, ¿por qué lo tomamos como una traición?
Uno piensa que el sentimiento no cambió, que incluso uno sigue siendo esa misma persona que: estaba, bancaba, soportaba, callaba, acompañaba pero a los ojos del otro, uno es simplemente, otro. Aquel que no entiende, que no comprende más, que no acepta o que simplemente dejó de ser. El gran interrogante que me surge es preguntar o mejor, entender ¿por qué? ¿a qué se debe?
Creo que todos - en mayor o menor medida - sabemos que es o cómo se define ser incondicional. Pero pienso que esa elección (de serlo o no) es o tiene un juego íntimo y complejo: por un lado el que recibe ayuda, compañía, cariño (o lo que sea) se siente agradecido e incluso con ánimo de retribuir ese sentimiento. Pero ¿qué pasa cuando elegimos dejar de ser incondicionales? O ¿qué pasa cuando esa persona que nos parecía incondicional deja de serlo? Y en tal caso, cuando sucede, ¿por qué lo tomamos como una traición?
Uno piensa que el sentimiento no cambió, que incluso uno sigue siendo esa misma persona que: estaba, bancaba, soportaba, callaba, acompañaba pero a los ojos del otro, uno es simplemente, otro. Aquel que no entiende, que no comprende más, que no acepta o que simplemente dejó de ser. El gran interrogante que me surge es preguntar o mejor, entender ¿por qué? ¿a qué se debe?
viernes, 15 de junio de 2012
Cuando me tengas
Aunque no los tenga, yo pienso en los hijos, mejor dicho en los míos. Pienso en la mirada siempre ávida de un niño que no conoce mayores ambiciones que su taza de leche y su oso preferido. Pienso en qué cosas enseñarle, en que canciones ponerle cuando esté en mi panza, en como llamarlo o llamarla y también en su apodo. Me gusta imaginar como será su cara, sus gustos o tal vez como decorará su dormitorio cuando sea grande o cómo serán sus dibujos. Me gusta imaginar que mi hijo/a tendrá una profesión (sea cual sea) y cuando la elija veré como conecto con esa elección. También me gusta pensar en cómo será su sonrisa, sus ojos, sus palabras o cuál será la primera que nos diga. Pienso en las millones de noches en las que pasaré leyéndole un libro o que quizás me anime y le escriba un libro exclusivo para él/ella. También imagino cuál será su color preferido, su canción más escuchada, su equipo de fútbol, su pasión en la vida, sus ganas. ¿Y si tuviera la suerte de que sea artista? ¿Y si encima, le gustara como a mí leer a...Pizarnik - o admirara la obra de Salvador Dalí? Esas son ambiciones que no son fundamentales pero que si sucedieran serían sencillamente increíbles...
Por lo pronto, aunque no tenga hijos sigo pensando en lo mucho que me gustaría ser mamá, y llegar a su habitación, y cantarle y arroparlo/a. También me veo con él o ella en mis brazos, camino a la plaza, haciéndole un regalo, enseñándole aquellos valores que para mí son fundamentales, riéndonos juntos/as. Y mientras tanto, termino este texto y pienso ¿cuánto faltará? ¿cuándo llegará mi Marcos o mi Victoria, o quizás - con suerte - ambos? La vida es bella y sé que en el momento menos pensado, llegarán.
Por lo pronto, aunque no tenga hijos sigo pensando en lo mucho que me gustaría ser mamá, y llegar a su habitación, y cantarle y arroparlo/a. También me veo con él o ella en mis brazos, camino a la plaza, haciéndole un regalo, enseñándole aquellos valores que para mí son fundamentales, riéndonos juntos/as. Y mientras tanto, termino este texto y pienso ¿cuánto faltará? ¿cuándo llegará mi Marcos o mi Victoria, o quizás - con suerte - ambos? La vida es bella y sé que en el momento menos pensado, llegarán.
miércoles, 13 de junio de 2012
lunes, 11 de junio de 2012
Extremos encontrados
Escribo desde el callejón, pero escribo.
Dibujo desde la palma hasta el centro del mundo, para encontrarte.
Recupero entre las sombras pedazos de vos.
Me intento encontrar para desnudar el velo. Acaricio, intuyo, callo.
Destapo tus silencios con mis mimos. Me acomodo, me enjaulo, me encierro y vuelvo.
Aparece el deseo, se revierte, se convierte, se calla.
Vuelve. Volvemos y son las 5, las 7 y las 12: termina el encanto.
Acaricio el techo de tu espalda, acaricio aquella sombra que dejas cuando te vas, repito, muerdo, vuelvo.
Escribo desde el callejón, pero escribo.
Dibujo tus manos en mí, pero prometo no resignarme más.
domingo, 3 de junio de 2012
Estrella, para mí.
Veo el cielo, un punto lejano, parece una estrella.
Apago las luces de mi departamento, y veo entonces el milagro.
Una luz encendida, detrás del cielo, que apunta para mí.
Y es su brillo el que no deja de hacerme brillar.
Girando, girando, atravesando las paredes y cristales del armario.
El gato me sonríe cómodo, quieto como entendiendo el brillo
y yo me miro a través de sus destellos como una luz encendida, detrás del cielo, que apunta para mí.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Elecciones para algunos, mentiras para otros.
Algunas verdades se asomaron. Otras tantas mentiras las ven como verdad.
En el medio, como siempre, se esfuerza el tiempo de vida con cada minuto más.
A veces los demás eligen por el propio destino y las cosas que resultaban ciertas, reales o verdaderas pisan el freno para darse vuelta, dar la espalda y lo que es peor: mentir. ¿Cómo desprenderse de aquello que fue vivido? ¿cómo desprenderse de las dos caras de una misma moneda? ¿cómo creer de nuevo en quizás las mismas palabras?
Algunas personas eligen vivir la vida a medias, se creen omnipotentes porque el jueguito (una vez) salió bien; también creen sus propias mentiras como parte de un truco - que suponen - sin final. Otras personas elijen callar - quizás por miedo o por cobardía - pero elijen callar; también se esconden y muerden de a poco las mentiras/verdades que quieren creer. Pero estas personas son, en definitiva, las mismas que compartían sonrisas y celebraban la amistad.
Turbias, sucias, olorosas.
Tristes, solitarias y siempre negadoras...
En el medio, como siempre, se esfuerza el tiempo de vida con cada minuto más.
A veces los demás eligen por el propio destino y las cosas que resultaban ciertas, reales o verdaderas pisan el freno para darse vuelta, dar la espalda y lo que es peor: mentir. ¿Cómo desprenderse de aquello que fue vivido? ¿cómo desprenderse de las dos caras de una misma moneda? ¿cómo creer de nuevo en quizás las mismas palabras?
Algunas personas eligen vivir la vida a medias, se creen omnipotentes porque el jueguito (una vez) salió bien; también creen sus propias mentiras como parte de un truco - que suponen - sin final. Otras personas elijen callar - quizás por miedo o por cobardía - pero elijen callar; también se esconden y muerden de a poco las mentiras/verdades que quieren creer. Pero estas personas son, en definitiva, las mismas que compartían sonrisas y celebraban la amistad.
Tristes, solitarias y siempre negadoras...
sábado, 26 de mayo de 2012
Inconsciente vs individualidad
A veces pienso que la vida se puede dividir en dos palabras:
ansiedad e impulso. En general, conozco gente a la cual le importa un bledo la
diplomacia y actúan en consecuencia a sus pulsiones y deseos. Gente que
prefiere no postergar sus ideas y atraviesa muros altísimos con tal de
conseguir sus objetivos. Personas que no se doblegan ante la mirada o la
opinión de los otros, y eligen sin mirar atrás. Algunos actúan más temerosos
pero jamás dejan de actuar, Incluso algunos dudan sobre el camino, pero siempre
resuelven lo correcto.
Lo que me pregunto es: ¿hasta qué punto soy así? ¿No será que mis actitudes son un poco el reflejo de mi entorno?
Si en algo puedo defender a la psicología es que tiene los métodos necesarios para llegar a estas conclusiones mucho más fácilmente que cualquiera de nosotros. Citando a Carl Gustav Jung, el famoso médico, psiquiátra, psicólogo y ensayista que ya en 1900 proclamaba la relación intrínseca entre el individuo y el inconsciente. El mismo hombre que después de muchas investigaciones, publicó un libro llamado Las relaciones entre el yo y el inconsciente - que se puede conseguir gracias a Paidós - proclamaba: Nadie puede mantener a la larga el doble rol, precisamente porque es excesivo. En esta doble moral/pensamiento que a veces tenemos lo fundamental es entender que uno es quién es gracias a lo los demás fueron con uno, y punto. No hay que ir mucho más allá que eso; hay que entender que en consecuencia a ciertos actos, uno elige el camino, la forma y el método y que todo lo demás; será fortuna.
Lo que me pregunto es: ¿hasta qué punto soy así? ¿No será que mis actitudes son un poco el reflejo de mi entorno?
Si en algo puedo defender a la psicología es que tiene los métodos necesarios para llegar a estas conclusiones mucho más fácilmente que cualquiera de nosotros. Citando a Carl Gustav Jung, el famoso médico, psiquiátra, psicólogo y ensayista que ya en 1900 proclamaba la relación intrínseca entre el individuo y el inconsciente. El mismo hombre que después de muchas investigaciones, publicó un libro llamado Las relaciones entre el yo y el inconsciente - que se puede conseguir gracias a Paidós - proclamaba: Nadie puede mantener a la larga el doble rol, precisamente porque es excesivo. En esta doble moral/pensamiento que a veces tenemos lo fundamental es entender que uno es quién es gracias a lo los demás fueron con uno, y punto. No hay que ir mucho más allá que eso; hay que entender que en consecuencia a ciertos actos, uno elige el camino, la forma y el método y que todo lo demás; será fortuna.
martes, 22 de mayo de 2012
Camino de a dos
Difícil el amor, difícil entender. Cuando dos personas deciden estar juntas, cuando aceptan que sus realidades van a estar conectadas, cuando entienden que el otro es importante y que su presencia es necesaria para sonreír; cuando se entiende todo eso ¿qué extraña fuerza del cosmos genera algo en contra de ese encuentro?
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...

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Con tinta china escribí tu nombre en un banco de plaza. Era una tarde fría de invierno berlinés y, sin temor a reprimendas, tallé tu...
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