Una boca, una mirada.
Unas flores llenas de pájaros.
Una canción.
Ese atardecer.
El tiempo que pasa
sobre el mar, que pasa.
El mar que se abre como poema al viento
y todo pasa en un milésimo de segundo
y otro,
y otro que va, y que flota.
Y otro, y otro,
siempre otro.
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