miércoles, 29 de junio de 2022

Vivir de amor, morir de amor

 


Te dedico mi silencio para siempre,

entre las olas que se hacen en mis ojos.

No ha pasado ni la mitad del tiempo que compartimos

y aún no dejo de pensarte en este día, 

ni cada día.

Es una desdicha, 

vivir de amor, morir de amor,

cuando tu solo recuerdo me evoca a creer en otra vida,

cuando pienso que el aire que respiro es parte de tu aire,

en otro punto de la ciudad.


No hay fuego que apague el fuego,

enterré todos los vientos al cerrar la puerta que nos separó.

Y en medio del dolor, el oasis maternal que me acompaña,

ninguna daga parece ser daga,

cuando los ojos de mi hija iluminan mis ojos de otro amor.


Bendito fuego el que tuvimos,

bendita luz,

bendito sol,

bendito el tiempo donde convivimos,

bendito mundo que se rompió.

No te voy a olvidar nunca, lo sé,

por eso el duelo es infinito entre este día

y cada día.


En esta vida que es otra vida, te recuerdo

en esta vida, que es otra vida, te olvidaré.

© Angie Pagnotta

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...