miércoles, 25 de julio de 2012

Enseñanza



“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo en cada vuelo, en cada sueño, en cada vida, perdurará siempre la huella del camino enseñado.”
Madre Teresa de Calcuta

martes, 24 de julio de 2012

Nada


Todo lo que se va. Todo lo que se pierde. Todo lo que no tiene sentido. Todo lo que persiste. Todo lo que no llama. Todo lo que atrae. Todo lo que perdona. Todo lo que condena. Todo lo que duele. Todo lo que lastima. Todo lo que enferma. Todo lo que anestesia. Todo lo que perturba. Todo lo que alegra. Todo lo que llueve. Todo lo que amo. Todo lo que espero. Todo lo que quiero. Todo. Todo y nada.

viernes, 20 de julio de 2012

No te rindas...


Amigos


El sexo con él ya no era una circunstancia. Yo esperaba inquieta, mientras él servía algo para tomar. Una copa de vino, y un chocolate eran la excusa de esa noche. Tomó mi mano y me llevó a la habitación. Puso un disco de Sumo  y me invitó a brindar por la lluvia; lluvia que según él era menos ruidosa si yo estaba a su lado. Quizás me besó el cuello o las mejillas, no recuerdo bien, pero me dijo que me deseaba y que mi cabello olía siempre bien.
Sus piernas eran bastante largas, mucho más que las mías y en ese incómodo sillón borravino –del estudio de abogados con el nombre de su padre- me invitó a besarlo. 
Mientras me acariciaba el pelo y sus besos iban por mi cuello, me distraje mirando sus cuadros, sus estantes, aquella figura hipnótica de Miró, la pila de libros y las fotos de su último viaje.
Los ojos de Federico se cerraron y sin querer los míos también. De pronto se paró y me pidió que lo desnudara. Mis manos temblaban pero yo me dejé seducir por el juego. Los dos teníamos ganas de estar juntos pero yo sólo pensaba en aquel secreto que me llevó hasta su casa.

miércoles, 18 de julio de 2012

Recuperando el alma


Releía algunas cartas, anotaciones y comentarios de viejas espinas. Todo eso se me tradujo en revolver mis pensamientos y en una reflexión. Hice el ejercicio de pensar en los sentimientos que tenía en ese momento del pasdao y los comparé con esta instancia,  este momento. Momento en donde nada me pone más feliz que mi vida, mi trabajo, mi pareja, mis amigos y -como siempre- mi familia. ¿Qué puntos de contacto encuentro con ese pasado? NADA, ninguna parte. O como dice la canción ningún recuerdo, nada, nada.
Aquella era una felicidad sin pureza, sin sabor a nada. Y hoy, antes de hablar de FELICIDAD, pienso en el respeto que debo tener por esa palabra. Pero, esta búsqueda llamada feliciadad, es la misma que muchos dicen conocer, pero que pocos valoran.
Y de pronto, caída inminente de castillos de arena; castillos que caen con cada nueva ficha que llega al tablero. El pasado cobra sentido si en cierta medida se confirman algunas teorías latentes, y cuando eso pasa, el dolor sigue siendo fuerte pero el alivio es, aún más fuerte. Y yo todavía, tengo la tonta torpeza de necesitar confirmar mis decisiones, para no volver atrás.

domingo, 15 de julio de 2012

Se suponía




Se suponía que esta noche ibas a llamarme. Se suponía también que más tarde nos veríamos. Tal vez ibas a acostarte con tu mujer para luego escaparte o directamente le blanquearías que saldrías de urgencia: que nuevamente tu amigo Diego, el cirujano, tuvo un imprevisto y no pudo ir al hospital.
Se suponía que hoy hubiéramos estado juntos. Que la cena que cociné la íbamos a disfrutar los dos. Que vos traerías helado, que yo destaparía el vino. Que me convidarías de tus cigarrillos y yo te daría un masaje. Se suponía que esta noche ibas a llamarme y estaríamos juntos, pero un mensaje de texto me alertó del problema de tu amigo Diego, el cirujano,  y que hoy de imprevisto, tenías que ir vos al al hospital.

martes, 10 de julio de 2012

De esperanza y de fe



Duele ver la sensibilidad anestesiada, los labios desprendidos por temor y la riqueza destrozada frente al hambre. 
Duele ver la resistente libertad oprimida, las luces amarillas titilando como símbolos de poder, duele ver - entre otras cosas - la distancia corrompida entre nosotros dos. 

Desenmascaradas varias heridas y atravesados varios dolores queda un camino sin barro pero con tierra por quitar. Queda - también - la extraña sensación de que todo lo anterior fue mentira, aunque una voz por dentro me dice: no avances, no sigas, no intentes volver oro aquel pedazo de metal enchapado, no insistas. 
El tiempo determina algunas cosas y pone en silencio otras que ya no son necesarias pronunciar. La esperanza es la única esperanza por sí misma y a esto nos aferramos los que no tenemos fe.

lunes, 2 de julio de 2012

Belleza de extrañarte


Belleza de tus manos cuando son como las mías. Belleza de encontrarme y recorrerte.
Belleza que atraviesa la piel para siempre. Belleza que avanza quieta en el jardín.
Besos que descubren las caricias. Caricias que arrinconan otros besos.
Belleza de extrañarte, de sentirte y de herirme con cada ausencia distanciada.

Escribir



He de escribir. Escribir con la pluma, la voz, la palabra; escribir con las manos, los dedos, el dolor. He de escribir y será con el poco olvido que queda, con todo el amor que queda y el desamor recibido. Escribir con las ganas, los sueños, el mar y las estrellas. He de escribir entera o a pedazos, cansada o dormida, despierta o callada. He de escribir y esa será la única esperanza.

domingo, 1 de julio de 2012

Causar dolor


Causar dolor es un pecado, dice una pakistaní al matar una cabra. Minutos después se encomienda ante los ojos de Alá, esperando que entienda los motivos del asesinato que acaba de cometer. 
El pakistaní dice que su familia debe comer, y matar a una de sus cabras le dará los recursos suficientes para hacer zapatos y mantas para - entre otras cosas - recubrir su espalda cuando lleve cargas pesadas, al atravesar las montañas.
Causar dolor es un pecado y me quedo con esa frase a esta hora y en este lugar donde el dolor atraviesa fibras que creía intactas.

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...