Días en los que se cree que todo está perdido.
Noches en las que se persigue una quimera, aunque sea por el mórbido placer de sentir esperanza.
Días en los que se siente que nada pasa, incluso aquellas cosas que son pasibles de suceder.
Noches en las que una sola demostración basta para querer seguir adelante
Días en las que se confían los sueños al mundo de las preguntas.
Noches en las que la propia confianza avanza con buenos deseos.
Días en los que es mejor terminar el mundo de un plumazo.
Días y noches en los que es mejor quedarse sólo con el amanecer, tratando de reconstruir y mejorar el alma.
Como un sube y baja, días y noches.
ResponderEliminarCuesta equilibrarlos...
Saludos.
Así es....cuesta, pero hay que saber encontrar la forma ¿no?
ResponderEliminarSaludos! y gracias por comentar