jueves, 20 de agosto de 2009

Madurez feliz

No iba a cometer el mismo error, pensé.
Esta vez mi mente no iba a molestarme.
En otros instantes, me hubiera puesto a pensar en mi egoísmo oculto ante los halagos hacia otras.
Algo irrumpía mi ego y me hacía pensar que era la única, que si yo cautivaba, no había otra.
Si yo resultaba interesante y linda, era yo, nadie más.
Que mediocre. Ahora pienso "por supuesto que hay otras". Aunque sé, yo soy más. No por capricho, ni por orgullo o egocentrismo; lo sé, soy y puedo ser más.
Esta madurez repentina que me absrvió toda mi vida, está ahora presente y forma parte de mi.
Antes, no sabía tantas cosas que ahora sé. Antes tenía miedos que perdí y me preocupaba por cosas inútiles. Que distinto es todo, en esta mente tan inquieta...
Por eso poco me lamento del pasado, de lo que fuí.
De mis errores enmendados con curitas y parches.
De mis miedos, de mis cansancios, de mi corazón.
Entiendo ahora mi vida, mi realidad y lo que soy, y supe aceptarme sonriente como estoy ahora.
En una felicidad equilibrada, en la cual sólo comparto el equilibrio y no lo feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...