martes, 25 de septiembre de 2012

40 años sin Alejandra Pizarnik

En homenaje a los 40 años de la ausencia física de la escritora Alejandra Pizarnik, dejo un texto que escribí pensando en ella.


Los pasos de Alejandra:

Alejandra por momentos fue Flora, Pizarnik o simplemente A.P. Sus iniciales ahora dicen mucho pero en su momento – y para ella – no fueron nada. Alejandra vivió en un sobrio y desordenado departamento ubicado en la calle Charcas, propiedad de su madre. Una madre que nunca escuchó las alarmas y tampoco entendió las alertas.
Su ropa oscura, su pelo corto y su clásico Montgomery marrón eran casi lo único que la acompañaba. Nunca supo relacionarse con nadie –del todo ni demasiado- porque la gente o los extraños –como ella decía– la miraban raro o simplemente no la entendían.
La relación con su entorno no era del todo buena y tampoco lo era su vínculo con los hombres. Alejandra tenía mucho sexo ocasional del cual a veces se sentía culpable, incluso decidió acostarse con mujeres pero nunca pudo sentir el amor de nadie. Sus cartas con Julio Cortázar eran a penas un beso en la mejilla y aunque ambos expresaban desordenadas dosis de amor, ninguno se involucraba tanto como para asumir que algo más sucedía entre ellos.
Su cuerpo era la peor de sus cárceles, incluso más que su propia mente. Fumaba, caminaba ansiosa y simulaba muecas bobas o gestos complacientes con tal de que nadie entendiera demasiado o tal vez, sospechara.
Alejandra derramó sus ojos en el suelo de su casa, cuando tomó unas cincuenta pastillas para no despertar jamás. Dejó algunas cartas y anotaciones. Dejó también textos y relatos que luego se publicaron y todas las claves de su vida quedaron anotadas en su diario; diario que acabo de leer y ahora sólo me puedo preguntar: ¿por qué no te evité tanto dolor? ¿Por qué no llegué a tiempo, Alejandra?

Angie Pagnotta

lunes, 24 de septiembre de 2012

sábado, 22 de septiembre de 2012

Espejo mágico por Clarice Lispector

Clarice Lispector escribió una serie de columnas para tres grandes diarios de Brasil. Estos escritos no fueron publicados con su nombre, sino con seudónimos. Una editorial, más precisamente Editora Rocco, publicó recientemente Correio Feminino, una selección de estas columnas. Eran textos que en cierta medida intentaban demostrar a la mujer en el ámbito propio del género, rescatando sus potencialidades (como salir a buscar empleo y formarse en las universidades) así como también desterrar la idea de matrimonio como "santa solución". Entre otras cosas, Lispector se propuso unirse y entenderse como mujer en los años 50, ya como una popular escritora. A propósito de esto, nos pareció bien compartir con ustedes una de esas columnas.



ESPEJO MAGICO

publicado en Diário da Noite,
28 de abril de 1960
No sólo el espejo de la madrastra de Blancanieves es mágico. La verdad es que todo espejo tiene la misma magia. ¿Recuerdan a la madrastra malvada? Ella tomaba el espejo –probablemente era un espejo de cartera– y preguntaba:
–¿Quién es más linda que yo?
El espejo respondía. Como cualquier espejo.
No se desanime por lo que cualquier espejo puede responder. Las respuestas no son tan crueles, son informativas, y de usted depende el uso de las informaciones.
Sólo que la pregunta de la reina no cabe. Y no importa. Usted no debe preguntar: “Quién es más linda que yo”. Es mejor preguntarle al espejo: “¿Cómo puedo estar más linda de lo que soy?”.
Aquí los ingredientes para un espejo mágico: 1) un espejo propiamente dicho, preferentemente uno de cuerpo entero, 2) usted delante de ese espejo, 3) coraje.
Sólo porque hablé de coraje apuesto a que se está preparando para descubrir algo amedrentador. No es eso. Coraje para verse, en vez de imaginarse. Y, sin darse cuenta, encontrar algún plan cuyo objetivo secreto sea llegar a ser lo que usted imaginó. Pero recuerde: la imaginación sólo nos sirve cuando está basada en la realidad. Su “material de trabajo” es la realidad respecto de usted misma.
No le voy a decir lo que tiene que hacer para mejorar su apariencia. No tengo la pretensión de enseñarle al pez a nadar. Hay sólo una cosa que usted no sabe: que sabe nadar. Quiero decir: si tiene confianza en sí misma, descubrirá que sabe mucho más de lo que piensa. Pero, de cualquier manera, estaré aquí para ayudarla a no olvidar lo que sabe.

Risa

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ven


Con la poca piel que nos queda de distancia, con esa misma piel que elegimos ocultar para no ver. Ven, cariño, ven. Ven al lugar donde no guardo ropas para que llenes, ni capuccinos cursis de amaneceres. Ven, al lugar donde somos hueso y carne, donde respiramos el mismo aire pero sin ahogarnos. Ven, al lugar donde entiendo tus silencios y no cuestiono tus horarios. Ven, y abrázame. Ven y vivamos en estos 70 metros cuadrados, el amor más intensamente vivido y ansiado.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Germán


Me hice una trenza en el pelo, me senté y me fumé sus cigarrillos. Germán estaba acostado en mi colchón y yo no podía dormirme. Eran apenas las 3 de la mañana y el whisky se había terminado en mi antipática mesita ratona. Miré la alfombra y vi sus calzones. A un costado -en la cerámica blanca- observé uno de sus cabellos: inconfundibles, rizados y de un oro profundo, casi enredados sobre sí. Detesto sus pelos en mi cerámica, detesto estar en esta situación.
Tomé una botella de agua, me senté en el sillón frente al balcón y pensé un largo rato sobre tomar una decisión. No podía echarlo, tampoco quería. Era tarde, casi las 4 y quizás el pronóstico esta vez no fallaría. No podía echarlo y menos ahora.
Germán tosió o estornudó, o hizo un ruido horrible que me hizo volver a mirarlo. Allí estaba, ovillado, desgarbado y torcido. Se le veía el culo porque estaba todo enmarañado en la sábana gris. Mi gato lo miraba con recelo, él le había quitado su lugar y su orgullo no le permitiría compartir el botín acolchonado.


Me fui al baño y me pregunté en el espejo qué debía hacer. No creía en mis decisiones como tampoco creía en sus palabras. Sus acaramelados deseos no eran gotas de alivio, eran -muy en el fondo- simples palabras.
Me fui de mí. 
Me terminé el quinto cigarrillo y me acomodé entre mis sábanas y su cuerpo pero el gato seguía y nos miraba con recelo. 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Renacer

"Y en nuestros actos más secretos nos detenemos a pensar, yo anduve algún tiempo muerto, me gusta resucitar"

La frase pertenece a la banda "Tan Biónica" y la canción se llama "El duelo" 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Extrañar



Hoy te extraño sin el tinte paralizante de la tristeza. Te extraño en lo cotidiano, en el día a día, en las risas, en los enojos o los retos. Te extraño en el desayuno, la merienda pero sobre todo la cena. Te extraño en los abrazos, las palabras y los mimos después de cenar. Te extraño sin rito, sin ceremonia, sin fecha que recordar pero también recordando que hace 3 años y 8 meses que no te tengo conmigo. Te extraño sabiendo que no vas a volver, que ya está, que ya te fuiste. Te extraño del verbo: NECESITO A MI MAMÁ y no hay reemplazo, ni abrazo, ni palabra que reemplace eso, simple.

Fantasy




Siempre que salgo tengo al lado un monitor 
y no se quién está aquí. 
Alguien me llama por el maldito amor 
y no sé quién está aquí. 
No conozco a nadie 
y todos saben de mí 
pero es así 
porque siempre estoy en Fantasy. 
Cuando estoy sólo ya no se por quien vivir 
porque nunca estás aquí. 
Ya mis pies congelados llegan hasta mí 
porque nunca estás aquí 
No sabes de nada 
y todos hablan de ti 
pero es así 
porque siempre estás en Fantasy. 
Fantasy es un lugar 
del que nadie puede regresar 
del que nadie puede regresar. 
Fantasy es ilusión 
porque nunca hay nadie alrededor 
porque nunca hay nadie alrededor. 
No conozco a nadie 
quisiera verte a ti 
pero es así 
porque siempre estás. 
Fantasy es un lugar 
del que nadie puede regresar 
del que nadie puede regresar. 
Fantasy es ilusión 
porque nunca hay nadie alrededor 
porque nunca hay nadie alrededor. 
No conozco a nadie 
quisiera verte a ti 
pero es así 
porque siempre estás.

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...