lunes, 30 de noviembre de 2009

A punto


Cada vez estoy más lejos del pasado. Todo pasa, todo.
Todo llega, todo. Estoy tratando de no sentirme con la misma ira que me producen ciertas cosas que veo, leo o me entero. No es fácil convivir con el pasado, ni tampoco tengo ganas.
El destino- si lo hay- está para elegirse. Ya no depende del viento sur, ni de los deseos reprimidos de un hombre en silencio, ya no se escribe con dedos de pianista, está a punto, como todo.

El día de la mujer mundial


El 12 de diciembre toca Andrés Calamaro, allí estaremos. Y este tema representa mucho de este momento.


¿Quién escribirá la historia
de lo que pudo haber sido?
yo que soñaba despierto
ya no sueño dormido
¿ con quién estarás ahora?
quién te va a dar de comer
en el día mundial de la mujer
voy a seguir hasta encontrar
una parrilla en dolores
no miraste bién
en mis espejos retrovisores
ahora que pusiste el freno
espero que encuentres algo bueno
que morder, que morder
eduardo subí la radio,
yo enciendo un petardo
¿cuánto falta para llegar
a cualquiér lugar?
ojalá te sientas
solamente un poco mal
en el día de la mujer mundial
¿quién está preparado
para ser un chico abandonado?
¿quién tiene el blanco del camino
en el ojo, marcado?
edu, ¿falta mucho
para parar y comer?
es el día mundial de la mujer
no entendí si ibas a ser
libre o esclava
no entendí si fui tu dueño
o un borracho que pasaba
soy grande pero tengo
algo que aprender
es el día mundial de la mujer
elegí pena u olvido
o sudor compartido
ojalá no me arrepienta
de haberme conocido
lo importante es que núnca
pude hacerte sentir mal
felíz día de la mujer mundial
el día de la mujer mundial.

Noches Blancas


Leyendo un blog que hablaba de ciertas motivaciones pasadas, recordé:

"Y no he vuelvo a ver a Nástenka. ¿Entristecer con mi presencia su felicidad, ser un reproche, marchitar las flores que se puso en los cabellos para ir al altar? ¡Jamás, jamás! ¡Que su cielo sea sereno, que su sonrisa sea clara! Yo te bendigo por el instante de alegría que diste al transeúnte melancólico, extraño, solitario...¡Dios mío! ¿Un instante de felicidad no es suficiente para toda una vida?"

Fiódor Dostoyevsky - Noches Blancas (fragmento)

30 Días


Nada que alegre más mis mañanas que tenerte conmigo para despertar.
De un instante a otro me motivás a sonreír, temprano, tempranísimo.
Se abren mis ojos y te encuentro y no hay mejor receta para mi ánimo que mi cuerpo entre tus brazos, aferrándose fuerte.
Y parece un sueño, o eso creo cuando te veo.
Ni la más mínima idea hace un año de que esto iba a suceder así, ni que las ideas que hoy tenemos podían ser posibles o siquiera pensadas.
El tiempo cambió muchas cosas, entre ellas el destino.
Hoy no somos iguales pero somos lo mismo.
Entre tanto pánico, miedo y dolor del pasado cuesta entender tanta alegría, cariño, amor y acompañamiento en mis días.
Me valoras, me cuidas, me haces sonreír, llenas mis días de vos y de amor. Gracias por hacerme sentir tan bien, por darme nuevamente felicidad, por cada minuto que estamos juntos y hacerme entender que puedo amar de la manera más sincera y sencilla, que el corazón aún me da para ser feliz.
Gracias a vos entendí lo importante que soy, que valgo y que puedo libremente ser yo misma porque es lo mejor y porque además te encanta mi forma de ser-como siempre me dijiste- Gracias a vos, comprendí que es más importante el camino y no tanto llegar.
Y también gracias por ayudarme a comprender que tengo un corazón inmenso, que hoy-sin dudas-es para vos.
Y gracias, gracias por todo lo que en este tiempo te encargaste de hacerme notar, sentir, entender y volver a pensar.
Algo así como todo esto es parte de los muchos motivos que tengo para despertarme junto a vos y sonreír por horas.
Recién te fuiste y sigo pensando y sonriendo, mirando atrás y creyendo más en el destino que juntos tenemos. El futuro dirá, pero creo que ya te encontré, Y esta sensación es única.
Encontré lo que tanto deseo, lo que necesito, lo que quiero y lo que me hace realmente bien. Y sos vos el único que tiene ese mérito.
En estas palabras sólo confieso mi amor y mi agradecimiento de 30 días maravillosos.

La mejor risa


Una niña esperaba la noche, aún mojada tras sus sueños cristalinos.
Sucede muchas veces, pero ella sonríe con una picardía particular.
El recuerdo de las manos de su hombre enloquecen su risa y se siente flotar en el agua, una sensación casi de ensueño.
No puede dejar de recordarlo, no puede presentir más que el tacto divino.
El cuerpo la necesita nuevamente en movimiento, detesta la asimetría de no tenerlo adentro.
Su hombre, la dibuja entre sueños y susurra su nombre mientras goza.
Una cálida caricia blanca le baña la cara y los pechos.
Disfruta del placer, de ese encuentro ansiado.
Solamente un hombre la hace reír, sólo él.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Los ojos

Los ojos están y los tenés
y es inevitable no concentrarse en ellos.
Unas delgadas líneas de oro recubren tu piel.
Tu mirada es como un antifaz, un imán precioso que deseo contemplar.
El riesgo de esos ojos esconde una belleza profunda y misteriosa.
Los ojos están y los tenés.
Y allí me miran al pasar como alguna vez me contemplaron.
La mirada se pierde en los pasillos y circula hasta alcanzarme.
Otra casualidad causal que me hace mirarte una vez más y sonreír por dentro por la belleza de tu mirada perdida.

* La foto es sólo un punto de referencia, la mirada de Marlon Brando me parece hermosa y por eso subo esta foto, sin embargo, el relato habla de otros ojos, pero subir una foto de esos ojos sería demasiado impacto.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tratando de entender


No me conforma para nada este adiós a medias tintas.
Este recuerdo con cenizas desperdigadas por el suelo.
Esta ausencia de tu voz que encajona los recuerdos con tus textos.
El destino como creencia de tu máxima vulgaridad y no es que me pese, sino es que me importa, todavía me importa saber de la persona con la cual crecí y viví 9 años de mi vida, y no soy fácil de olvidar. Tengo memoria, tengo recuerdos y un montón de preguntas pendientes a resolver.
Tenés las respuestas quizás, pero no vas a tomarte el trabajo de aclararnos la mente a los dos. Preferís decir "ya está, ya pasó, ya fué", como si fuera tan sencillo que pase, que esté, que se vaya.
No es que quiera retenerte, ya no podría, ya no podría estar nuevamente con una persona como vos, en este tiempo supiste demostrarme que no me necesitás, ni me querés. Y hemos cambiado bastante los dos, y no quedó "nada" de aquello que eramos, es que simplemente no entiendo cómo todo terminó tan mal.
Pero quizás, acabo de responder los interrogantes.
Ya no queda nada de lo que fuimos, y es en todo el sentido de la oración.
Y como leí por estos días, no, no debe ser así. Pero el destino a veces nos propone cosas sin esperar.
Y no debería haber terminado todo tan mal, pensé que habíamos crecido, entendido, pero ya no puedo cuestionarlo, es así.
Algunas cosas cambian para no cambiar jamás.
Algunas cosas son para no ser nunca más.

Relojes en la vereda


Hasta vuelvo sin pensarlo a recorrerte en silencio.
Como una excusa más de esta distancia. Como un velo que nunca termina de caer entre mis ojos.
Tan presente como esa madrugada.
Sólo vos y nosotros podemos entender lo que no fuimos y acercarnos con un gesto al pasar, como ignorando lo que alguna noche nos prometimos.
Sé que el tiempo sabrá cerrar la herida que hace años plantaste, también sé que mis ojos no esperan más de vos que un mínimo gesto insignificante.
Ya dirán los relojes que la piel nunca muere pero sí el corazón equivocado que en la vereda termina por patear las botellas rotas de un amor que nunca pudo ser.
Sonrío, termino mi copa y sigo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Camino entre corazonadas


Cada madrugada se despertaba parte de mi sueño y se aferraba a la imagen de vos.
Una extraña proyección, diría mi psicologa de hace unos años que me reclamaba en cada sesión de terapia lo mismo: idealizás mucho a las personas.
Gran problema cuando se "necesita" idealizar, pensé. Sólo que ahora no era idealización, sino que sucedía.
El imaginario de la mente circulaba por la sensualidad de tus ojos, que derivaban en lo hermoso de tu cuerpo, de tu espalda, de tus manos. Una inmensa fragilidad y contensión se desnudaba al abrazarte. Podía caerme a tus pies, podía sin dudas esperarte toda la vida, pensé.
El pequeño secreto que mi cuerpo guardaba, estaba esperando por vos. Allí, en el lugar menos pensado se esconde la felicidad, puede haber felicidad.
Un paso adelante, y se abren los caminos, lo importante es como llegamos, no llegar.

No se puede todo


No se puede todo. Tenemos que elegir y muchas veces esa elección nos lleva a lugares que no sabíamos, estaban.
A personas, a momentos, a hermosos momentos que soñamos vivir, y podemos vivirlos ahora, lejos de las presiones, del encierro, de lo oscuro de aquel tiempo que nos condenó a vivir de una manera indeseada por mucho tiempo.
Las manos piden, el corazón escucha y parece: se abre.
Pero no se puede todo. Tenés que irte, sacar del templo las cosas que dejaste, necesito abrir las ventantas, limpiar el ambiente de vos.
Deshacerme de aquello que me pesa, que me ahoga un poco y corta el aire al respirar.
Pero de a poco, hay que elegir, no se puede todo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tiempo II


También con el tiempo vienen los avances en algunos entendimientos.
Se trata de disernir, algo que a veces se imposibilita según las circunstancias.
No es fácil entender la realidad cuando hay tantos juegos de valor en el medio, y tantas ideas encontradas.
Condiciona, pero también libera.
Sin embargo viene la claridad después, una especie de alivio que hace que nos podamos volver a encontrar.
Minutos antes, todo era un mareo, minutos después todo es tranquilidad.
El vaivén del tiempo condiciona muchas cosas, pero nosotros mismos debemos poder condicionarlo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Tiempo


Finalmente ninguna ruptura, (cuando hay un quiebre concreto) deja un saldo positivo.
Se trata entonces de aprender. De no desperdiciar lo que se tiene cuando por fin se lo tiene. De no permitir que las contradicciones del tiempo opaquen lo que sentimos. De no fingir si está bien o mal, de sólo ser concretos, aunque muchas veces duela la cruda verdad. Las distancias pueden achicarse si es necesario, pero el tiempo es corto, siempre y cada vez más.
No se puede detener el perfecto avance de lo intrascendente e inútil del cotidiano, ni de lo que realmente importa sin que importe demasiado, como ciertas responsabilidades y obligaciones que contraemos, pero debemos concentrarnos en eso también. Sin embargo no debemos perder la concentración en nosotros, en lo que deseamos, en lo que el cuerpo pide, sin permitirle gritar.
La ley de la vida es corta, el tiempo se termina un minuto después de pensarlo.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Empalagosamente cierto

Millones de días pasaría a tu lado,
sentada bajo un árbol, escribiéndote.
Mirando cada tanto tus hermosos ojos marrones,
deslizándome en tu boca y sembrándole mi amor con mis besos esponjosos sabor a miel.

Prepararía una comida que te guste,
un vino dulce y un chocolate para después.
Dos besos más, el fuego en mis dedos y el pecado de mis manos en tu piel.
La noche rota se esparce,
el deseo me provoca ansiedad
pero mañana -sé que pronto- te veré.

Ya no importan las distancias ni los días,
sé que en tus labios todo tiene un verdadero por qué.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Pedacitos resolviendose


Este corazón quebrado, ha sido encantado por otra estrella del amor
no siente penas, sólo en los sueños irresueltos del pasado
abrió sus rajaduras a un nuevo amanecer, piensa y contempla la realidad desde el presente
y se siente satisfecho de poder intentar algo distinto con sus pedacitos de corazón.

Este corazón corrompido, violado, quebrado y ultrajado, está siendo encantado por otra estrella del amor.
Unos astros indican que será con pasión y sinceridad, otros que durará para siempre (si hay algo eterno), y algunos ni siquiera saben que están juntos estos corazones.
Es entre los espejos del día que se encuentran, a la noche saben amarse y sentirse únicos y felices.
Nada de cartón, nada de ficción.
El mundo ha vuelto a sonereirle al corazón, que de a poco, va uniendo sus pedacitos, hasta sentirse nuevamente entero.

Hasta luego


Un beso
Una noche que trae un amanecer.
Un abrazo
Un momento más de esta hermosa realidad.
Nuestras manos abrazadas.
Una cuota más de calidez para mi alma.
Y sin dudarlo, puedo caer en tus brazos -que sé -me esperan.
Y no hay mejor regalo para mí que estés para hacerme feliz.
Y todo, todo lo demás también, todo lo que sabés hacer para endulzarme,
Y el resto del mundo se puede embellecer, sólo cuando estás.
Y ya no necesito pensar mal, ni caer, ni lastimar mis ojos pensando en el pasado.
Contenes mi alma, y la elevas.
Alegras mi espíritu que ahora puede ser libre, sólo con vos.
Me conectás conmigo y con lo más hermoso de tu interior hasta que se logran entender plenamente.
Hay una energía que compartimos que hace que te extrañe dos segundos después de habernos dicho "hasta luego" porque con usted no hay despedidas.

El único que paga el rescate

Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tu sepas lo que ya sabias,
aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y,
que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico,
por que no acudi antes a ti.
Pero nadie puede salvarme,
nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarian lo que vale mi rescate.

No hay dinero, ni castillos,
ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo,
-aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir,
lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan,
mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidi por eso mismo,
un mecanismo de defensa.
Presa como esta mi alma,
con la calma suficiente,
ser mas fuerte,
y enfrentarme cuanto
antes a la verdad,
sin dudar un segundo,
lo asumo, slo tu puedes pagar el rescate.

Devulveme el amor que me arrebataste,
o entrgaselo, lo mismo me da,
al abajo firmante;
pues no hay en este mundo,
-aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir,
lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan,
mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan,
mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.


Esta es la letra de "El Rescate" una canción de Enrique Bunbury. Ya la había subido, pero me sigue representando entera. Es para vos, amor, mi amor, si, para vos.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Nada

Y no había noche en la que no te pensara
ni el recuerdo, ni lo distante de tu voz, que se asemejara al pasado que ayer compartimos.
Nada, ni recuerdos, ni regalos, ni alegrías
Nada que quieras conservar intacto, pisaste todas las figuras y sombras
Desviaste todos los buenos momentos, y hoy cosechas un mundo de tristezas en torno a mí
Mi figura se desvanece para tus ojos, soy una sombra gis.
Nadie, ni nada.
Ni aire que contemplar, ni un adiós bien dado, ni un abrazo sincero.
Nada, de nueve años de tanto.

Logra lo imposible


Quizás fuera el misterio de sus ojos lo que no me permitía pensar en otra cosa más que querer pasar 800 primaveras entre sus brazos.
No había distancia, ni tiempo, ni otra sensación más que estar juntos.
No sé si se llama enamoramiento, amor, cariño o ternura. No se si tiene nombre incluso, sólo sé que con sólo su presencia puede evitar que piense en cosas negativas.
Logra lo imposible y lo transforma hasta encontrar lo mejor de mí.
Me acepta, me contiene, me alegra y hasta a veces sabe distraerme sin planearlo.
Logra lo imposible, entre silencios, aciertos y sonrisas sabe alegrarme y vuelve a lograrlo, cada vez un poco más.

Libros y música

Tiene una borrosa imagen de mí, por un lado interpreta cosas que no son,
por el otro las cuestiona, y jamás me dio la razón. Está abocado, muy abocado a su mundo interior: libros y poesía. Y no deja caer la tela jamás.
Una noche cualquiera le pregunté ¿qué sería la vida si ya no hubieran más libros o más canciones que cantar? Dijo, impulsivamente como siempre, que ya la vida no tendría sentido para nada; ni para el sexo ni para dormir (dos placeres que le encantan).
Me aterrorizaba pensar que ya no tendria sentido la vida, más aún, cuando mucha gente ya no tiene ganas ni puede escribir más, cuando bajar música por internet es más fácil que comprar un disco y escucharlo sin más ruidos que esos sonidos programados.
Me inquietaba, pero no lo creía.

La coraza lejana


Quizás haber dejado la coraza detrás me haya servido para sentirte dentro mío.
De algún modo la alegría que siento en mi corazón se transporta al resto de mis fuerzas internas, y me hace pensarte, quererte y cuidarte como un tesoro que ahora me encontró.
Jamás quiero dejar de cuidarte, creo que llegaste, que no hay casualidades en nada sino causas y efectos causales que nos convidan a disfrutar un momento así.
Ya no creo en nada que sea eterno, pero a veces pienso que me gustaría que esto lo fuera. Detestaría alejarme de vos, ahora que por fin creo, te encontre.

martes, 17 de noviembre de 2009

Diluvio

El nublado de hoy no es casualidad, la suma de todos los miedos terminó de hacer llorar el cielo. Una vez más, hoy, se terminó.
El sinfin de esta historia, finaliza en este diluvio eterno.
No más lágrimas en el cielo de mañana, la felicidad, para ambos: llegará.

La suma de los miedos



Con un par de cadenas rotas en los pies,
un beso a punto de estallar en la mejilla del olvido
y los tacos gastados de andar por la vía del destino, me llevan a encontrarme con tu boca de rubí desteñido. Con el dolor de entrañas que no cesa, con la calma pacífica del adiós y unos cuantos golpes a mi cadera. Me despido, arañada y desprolija, pero con la frente en alto tras haber intentado no salir rendida.
El perfume se queda conmigo, la llave del tiempo en mis cajones
y un beso, casi herido, casi muerto se despide de vos entre las rejas del balcón en el que no quisiste estremecerme.
La distancia marca poco a poco un final. El tiempo se corrompió hasta acabar.
La suma de los miedos no reniega de este adiós, que al menos, se despide sin reencor.

* La foto es de Gaby Herbstein, de su nuevo libro Aves del Paraíso

lunes, 16 de noviembre de 2009

Presente


Te imaginaba detrás de mi sombra. Como una caricia constante que me arrebataba la piel.
Te soñé enredándome en tus brazos, entre las miles de formas que me enredaría en tu cuerpo. Nos vi juntos sin realmente creer que sucediera alguna vez. Y nos vi, principalmente unidos por el mismo sueño, creyendo en el otro, acostumbrando el colchón al cuerpo del otro, besando cada rincón de tu piel, acurrucándome en tus hombros hasta sentirme entera, de nuevo.
Estas presente en mi sonrisa y eso alivia cualquier dolor.

- La foto es de Gaby Herbstein

El sol de cerca


La distancia hacia el sol se acortaba. A unos pocos metros encontró el destello de luz que acompañaba su alegría. Allí estuvo siempre -pensó sonriente- sin embargo nunca lo había visto de tan cerca, tan próximo a sus manos entusiasmadas por tocarlo.
De un momento a otro, el corazón se balanceaba entre dos fuerzas naturales e inmensamente humanas, que la acobardaban un poco -por miedo- pero el futuro feliz llegaría, aunque en ese momento no lo sabía.
Lejos del pesimismo, decidió intentarlo. El sol debía iluminarla, pensó.
Entre el calor, las sonrísas y el tiempo, el corazón se equilibró.
Costó, cuesta, se retrocede un paso y se avanzan diez, pero firme, se sostiene un mundo hermosamente real y sincero.
El sol ilumina, da calor, contiene. El sol siempre estuvo, sólo que ahora lo permite brillar junto a ella.

Volviendo


Se despertaba la calma, o quizás la ira contenida dormía.
Un triste silencio cerró la puerta, aún queda una reja y un candado más.
El destino nos pone donde queremos, quizás hasta nos condiciona y no hablo por mi con respecto a eso.
Un mensaje positivo, se esconde en mi realidad.
Soy feliz volviendo a mí.

No hay fallas en el pensamiento, ni cables a tierra que no acepten el encuentro con mi cuerpo
sin embargo, lejos de vos, entiendo mucho de mí, más aún: afirmo mis convicciones.
Sin saberlo, era fuerte y allí estoy.
Feliz de volver a mí.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El tercio de los sueños

Tenías el vestido más horrible de todo el tendido
to trataba de llamarte la atención de algún modo oportuno
pero tú sólo tenías ojos para el joven matador de toros
el tercio de los sueños ya se había terminado para mí.

No me digas que es muy pronto
son las 7 de la tarde aquí en España.

No me extraña que seas así
y te rías de mí otra vez
no me tengas piedad porque soy de verdad y me puede hacer mal.


Algunas veces vengo a ver los toros muy tranquilamente
me siento en el tendido y no me falta un Farias entre los dientes
pero aquella tarde resultó distinta a cualquier otro San Isidro
el tercio de los sueños se había terminado para mí.

Es que tú no te das cuenta:
tu mirada inocente no me engaña

no me extraña que seas así
y te quedes conmigo otra vez
si hoy me dices que sí bajo al ruedo por ti a matar a la res.

A veces siento que me hago viejo muy rápidamente
desde que colgué mis años salvajes en un clavo en tu frente
por qué aquella tarde resultó distinta a cualquier otro San Isidro?
el tercio de los sueños tiene dueño siempre suele ser así.

Hay un hombre que recuerda y aunque la memoria muerde y no le engaña
en la tela de araña cayó y la mantis ya se lo comió
no le tuvo piedad y después de jugar se lo desayunó.


Andrés Calamaro

sábado, 14 de noviembre de 2009

Nadie


Nadie se muere de amor. Nada es eterno, ni los besos, ni la piel, ni las manos sosteniendo otras manos. Nadie se matará por nosotros ni deshojará cincuenta margaritas en nuestro honor. El encanto instantáneo encandila pero no alimenta. Una reducción del deseo a veces es prudente para no caer en la tentación de "herir" a distancia. Las ocurrencias del cuerpo no se compatibilizan con la verdadera piel.
Ni la foto es perfecta, ni el amor. Ni el padre que elegimos para nuestros hijos, ni la conciencia irresuelta del enamoramiento. Nadie se muere de amor. Nadie se matará por nosotros, ni Romeo ni Julieta.

El retorno del mar


Algunas cosas cambian para no cambiar jamás. El deseo se renueva en la constante lucha de la pareja y también del individuo que charla con la soledad.
Aquellos destellos rojos de primavera, de sueños de abril posándose desnudos sobre el cielo. Del parque y sus vueltas, de la calecita, del silencio que nos comía la piel.
Hoy el cielo se renueva, se reparte y se enloquece. El miedo de no volver a verte jamás, la necesidad de saber cómo estarás y la confirmación continua de entender que no habrá retorno y ya no es por mí, sino por vos.
Ni los besos, ni las putas, ni los barcos pierden la necesidad de ser siempre iguales, sin embargo algunas cosas cambian para no cambiar jamás.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Condena del adiós. Bienvenidos al presente


Un nuevo sueño despertaba. Un nuevo camino por recorrer.
Lo pasado me enseña que no debo ser tan ingenua, que no debo condicionarme por la vida del otro ni relegar mi vida ante la compañía de nadie.
El ayer me pone firme sobre este presente, que entre los escombros, respira.
Todo lo que pasé me ayuda a intentar superarme diariamente, a reanudar mis convicciones y mis pensamientos que ahora se, nunca estuvieron mal.
El nuevo aire me conecta conmigo, me deja respirarme y sonreir con libertad.

La condena irá pasando y si bien lamento el desenlace, ese fué tu único deseo siempre. Te encargaste de alejarme de vos.
El único interrogante serán tus ojos, que como buenos traicioneros, siempre complicaron el adiós.

Y ardió


Una nueva sonrisa me iluminaba. Las palabras más hermosas se habían pronunciado y no es que no supe que decir, sino que, como todo, quería que fuera lo más perfecto posible. Y sin dudar ni un segundo, podré expresarme con sinceridad hoy.
Estoy respirando a conciencia cada minuto, viviéndolo como el último.
Comprometiéndome a soñar de a dos, con la rigurosidad de nuestras manos juntas.
Detrás de los temores que supiste borrarme, detrás del miedo de lo que podías llegar a hacer o decirme, aún entendiendo que nada es para siempre, te creo y elijo mi camino con vos.
Desde tus manos, desde tu abrazo incondicional, desde la chispa adecuada que supo arder.

jueves, 12 de noviembre de 2009

La última lagrima II


La última lágrima se despide de la ciudad, invadida de aplausos falsos y carcajadas mudas.
Allí va, perdida, sola, a destiempo.
Se embellece en su humedad, se perfuma de nuevos aires, toma empujón y finalmente se va para no volver jamás.
La última del destello pasado de amor moribundo, parte.
La última de todas las lágrimas de amor ingrato, se fué.

La última lágrima


De un sueño profundo despertaste hoy,
la última lagrima por tu cara rodó.
Lo que no fue ya nunca será,
cierra tus heridas deja de llorar.

Abre tus ojos que ya sale el sol,
abre tu alma que llega el amor.
Un dia cualquiera en algún lugar,
tendrás otra oportunidad.

"La última lágrima" - Memphis La Blusera

Salando las heridas - Cristales de amor amarillo


Lamento entrañablemente haber llegado al extremo.
Haber permitido un discurso hiriente entre los dos, sin altura, vacío.
Lamento que seas vos, aquel imaginario de hombre que sostenía mi mano a través de mis sueños y me llevó a la derrota del alma y el cuerpo con cada palabra.
Admito tristeza, dolor, miedo y resentimiento a "la vida", "destino" o "elección".
No podrás decir que no lo intentamos, que no toleramos, que no resistimos.
Nadie puede decir que no lo intenté con todas mis fuerzas, que soñé que pertenecieras un poco más a mi mundo, cada vez más.
No podés decir que no te fuí leal, que no te valoré, que no besé cada una de tus heridas.
Hasta con sangre en los labios, besé tus lastimaduras y heridas que incluso yo no había provocado. Te dí mis hombros quebrados, vencidos, pero te los dí.
Todos mis besos fueron dulces, todos.
Salé nuestras heridas, las curé, nos soñé intactos.
Toda la tristeza y la felicidad de mis ojos fue real, pero ya no puedo más.
Duele decirte adiós, duele, más me duele si todo es tan turbio. Pero, parece, nunca pudimos bailar sin pisarnos los pies.
No hay dinero, ni tiempo, ni abrigos posibles para este momento.
Cada momento es uno más, debo resistir, debo seguir equilibrada e intentar ser feliz con el camino que quede por delante.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ecos de aire (segunda parte)


En el campo se oían los pasos de la joven muchacha. Unas cuantas horas habían pasado de la despedida. El vestido de marfil se había desteñido a gris con el paso de los minutos. Una daga abrió una herida profunda en el pecho. La sangre se derramaba en su vestido, que un día antes había elegido especialmente para la ocasión, sin saber que terminaría sirviendo de mantel para cubrir su herida y apañar su roja tentación. La niña esperaba sin ansias ni cristales, una inmensa sanación.

Ecos de aire (primera parte)


Una niña encantadora y delicada se perfumaba mientras la mañana asomaba por su ventanal.
Sus cabellos colorados, teñidos de ansiedad, se enrulaban en las puntas de su lacia cabellera.
Un sonido en la puerta la inquietó. Esperaba el momento en el que llegara la hora en que su amor prometido tocara la puerta y la fuera a buscar.
Ecos de aire rebotaban en la habitación, en plena quietud, simulando para los oídos atentos, un golpe en la puerta. Pero no, allí no había nadie, todavía.

Sin vos, pero conmigo


Tarde, después de la despedida.
Asomé mis manos para abrazarte por última vez.
El puño del tiempo había pasado y arrancó el presente de nosotros.
Un momento más de soltura se expandió en tu mirada.
Dijiste no volver, prometiste estar entero.
Tus sueños no dicen lo mismo y reflejan la necesidad entrañable del pasado.
Alguna vez creí disinto el futuro, pero tus actos dieron otra suerte.
El impacto está ocurriendo y es, sin duda, doloroso.
El hoy me alimenta el alma y me dice que todavía puedo seguir peleando por mí.
Sin vos, pero conmigo.

La llave que acierte


El ego se suspende hasta morir. La tisteza del pasado se convierte en un maletín de recuerdos con candado y llave sin destino. El océano espera entre sus crujidos el adiós. La distancia separa un codo más de este empacho. Capricho del tiempo y del olvido que se empeñó en retroceder nuestros ojos al abismo.
La nostalgia del pasado se evapora con el presente, que lleno de ansiedad, busca encontrar la llave que abra el cajón que ayer cerraste. Allí reposa el corazón, cada vez más frágil, de mí.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Lluvia


La mujer impaciente esperaba un sí. El diluvio amenazaba su mundo interior para hacerla únicamente sonreir. La ansiedad de encontrarse, el deseo inmenso de volver a besarlo la ponía radiante. Llovía en la ciudad y la gente despotricaba contra el clima. Sin embargo ella despierta, soñaba estar entre sus brazos y sintiendo sus labios en el cuello. Un abrazo eterno quería resplandecer.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Escalera hasta tus ojos


Una fuente eterna de felicidad o un estanque que deje hundir las penas,
un abrazo sin manos a la libertad o un beso en el incorrecto lunar en el que me he perdido.
Una escalera hasta tu frente o un fugaz beso en la mejilla
Aquella trivialidad inmensa en la que me me metías,
golpea la memoria hasta arrancarla de la tierra.

Los ojos, aquellos ojos inmensos de madurez secreta.
Aquellos mismos ojos que dicen y no preguntan más por mí.
Esos mismos ojos, quisiera que me miren-de reojo, aunque sea- una vez más, y me digan cosas escandalosas, sin siquiera hablar.
Que me sostengan la mirada y griten que estoy hermosa, hasta con esa mentira me conformaría.
Que pregunten por mí si es necesario, y ahoguen de a poco lo que queda de mi corazón.
Al menos por un rato.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Abuela

Cuando era niña, mi abuela materna solía contarme la misma historia siempre:

"Eras terrible de chiquita, siempre fuiste muy mimosa. Cuando tenías sueño y querías dormir, buscabas acostarte al lado mío, ponías mi mano debajo de tu cara y así te dormías. Era incómodo para mí pero no importaba. Antes de dormirte, me pedías que te acariciara el pelo y ahí te dormías". Esas palabras, ese momento es el único que me dejó mi abuela que falleció ayer.

El resto, pasó. Se comportó terriblemente mal con su hija (mi mamá), con mi hermana, con mi papá y conmigo. Sin embargo este será mi último recuerdo.
Rogelia, que descanses en paz.

Vuelo


Y vuelve el vuelo que esperábamos.
De nuevo, los dos juntos sintiéndonos las risas mientras dormíamos.
Tus caricias en el pelo, tus mimos, tus abrazos.
Las palabras, las risas, los sueños armando más sueños.
Detrás de tu figura insensible y pícara se esconde el más tierno de los niños,
que cada tanto, se asoma a saludarme con gestos inmensos.
Allí, en la calma de la mirada que me contiene, allí, es donde quiero seguir estando.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Retratar el hoy


Aún conservaba ese perfume en mis manos como si todavía estuviera allí conmigo.
No podía evitar querer retratar la imagen, si eso fuera posible.
Quería entender que estaba en el lugar correcto, que era posible volver a ser feliz, y esto sólo lo entendía en tus brazos, en tus palabras que me decían que sí.
El misterio se concentraba en no perecer.
Sólo en tus besos entiendo lo que soy.

martes, 3 de noviembre de 2009

Ajenos


Cundo se observa con distancia la vida ajena, ocurre casi por inercia, una sensación de cierto egoísmo que nos lleva a pensar en los fracasos y aciertos, propios y ajenos.
Pero, sabemos que todo eso, no es más que cartón pintado.
Sé incluso, que esa supuesta felicidad aún sigue siendo aparente.
Que todo lo bien que pareciera sentirse, no es más que un imaginario o la proyección misma del deseo de sentirse así.
Caminar por viejas calles no ayuda a levantarse, pero- parece- amortigua la caída. (caída casi programada por el victimario, caída que él admite, buscó)
Pronto, poco a poco, se abre paso al desenlace.
Las cajas, el flete y todo lo demás también.
Y si de mí tengo que hablar, lo que sucede es algo tan pulcro que no merece desteñirse compartiendo renglones inmensamente distintos.
Sólo se que no tengo cartón pintado, ni besos de madera, ni chispas sin luces, ni verdaderas mentiras. Sólo tengo lo que merezco, felicidad.

A la izquierda


Duele y más duele no poder creer en otra cosa.
El silencio estaba pronunciado y las palabras rotas se fueron con el adiós.
Los dos quisimos morirnos de este modo. Y aún recuerdo tu voz diciendo que jamás iba a terminar así.
Creía en mis tonterías, para hacer tu risa estallar. Como dice una canción que ya no escucho.
Dejaste partido el sueño del futuro, dejaste todo sabiendo que no volveríamos más.
No puedo evitar pensar y preguntarme ¿cómo llegamos a esto?, ¿cuándo estuvimos tan cerca y te creí tan lejos de este final?, ¿qué pulsión nos enfrentó a la distancia?.
Pero, veo, se evaden las verdades con los silencios y se chocan los ánimos con tus mensajes al viento.
Una vez más, un lunes más de ese lunes.
Ahí estarás, con mi sombra transparente a tu izquierda, conteniéndose para no llorar.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Desterrando la nave

La ruta esta cerrada.
Los pies inquietos en el pasillo de los dos únicos viajantes, iban deambulando por todos lados.
El camino se volvía enigmático.
El pasajero preguntó hacia dónde debíamos partir, sin saber que hacía siglos al menos, o años, quizás, estábamos viajando.
Una de las compuertas se trabó. La nave estaba destruida. El destino estaba marcado.
Entre el silencio y la desesperación, la pasajera se acercó a su compañero de viaje.
Propuso una despedida, parecía el final.
Tímidos entre los miedos, callados.
Sostuvieron sus manos y prepararon un último beso.

Un te quiero que se hace eterno


Y de pronto estabas en mi almohada,
como un pensamiento giratorio que se hacía inevitable.
El mismo que supo sacarme sonrisas en medio de desilusiones,
el que me acompañó y supo entender mis tristezas,
prometiendome un te quiero que pareciera ser eterno.

Allí estás, conteniendo mis decaídas que gracias a vos, son menos.
Mimando mis virtudes, alentando mis logros, disfrutando de mis deseos.
Sorprendiendome con gestos invaluables como tus caricias en el pelo, tus besos, tus ojitos tiernos que parecieran decirme "te quiero" y regalandome la sonrisa más hermosa del mundo para que siga siendo feliz.

El rescate - Enrique Bunbury

No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni talonarios,
No hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
Ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
Te conocen, pero no llegan a ti.

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...