viernes, 13 de septiembre de 2013

Tu nombre


Nada que tenga tu nombre. Eso me haría bien. Nada que tenga tu sucio nombre. Ningún lugar donde leerte. Nada que me diga JUAN. Ningún Juan en mi vida. Nada que diga tu nombre. Nada que me recuerde esas cuatro letras del demonio. Nada que se vincule a tener que pronunciar tu nombre, una vez más, nada. Ningún nombre. Nadie que me diga: “me llamo Juan”. Nadie que me diga: “a mi hijo le puse Juan”. Nada. Ningún nombre. Nada que diga tu sucio y asqueroso nombre. No leerlo más. Que en la tele nadie se llame así. Que ningún personaje, de ninguna novela se llame así. Que Perón se cambie el nombre. Que no haya más Juanes. Nadie más con tu nombre. Nunca más tu nombre. No decirlo, no sentirlo, no permitirme sentir nunca más ese nombre. Nada que diga tu nombre. Nada. No sentir nada por vos. Eso me haría bien.

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...