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Foto: Alex Ivashenko |
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Has sido mi amor desde que cruzamos el fuego, desde que tu boca atravesó mis labios, desde que mi lengua se apropió de tu lengua. Química combustión de la danza de nuestras manos al rozarse primero, al amarrarse después. Polvo de universo arrollador que me trae hasta tu cuello, en cada bocanada de aire berlinés. Los dos sabíamos de tormentas y huracanes, los dos sabíamos de silencios y de ausencias, (lo vi en nuestros ojos), y nadie salva a nadie, lo sé, pero tampoco nadie se salva solo.
©Angie Pagnotta-Depersia, fragmento de #LaHistoriaSinNombre (novela en proceso de escritura)
Quiero leer esa novela, Angie...
ResponderEliminarAbrazo.
Ayy..cómo me ha gustado este escrito...
ResponderEliminarGenial Angie.
Beso grande...
Uno de los personajes de "Últimas imágenes del naufragio", cuando se estaba por tirar a las vías del subte, no lo hace, y su excusa fue: "me salvé sola".
ResponderEliminarPero bueno, es Subiela, se le permiten cierta licencias poéticas (digamos).
La tenía en un viejo VHS editado por revista Gente, imaginate.
Saludos,
J.