lunes, 9 de noviembre de 2009

Lluvia


La mujer impaciente esperaba un sí. El diluvio amenazaba su mundo interior para hacerla únicamente sonreir. La ansiedad de encontrarse, el deseo inmenso de volver a besarlo la ponía radiante. Llovía en la ciudad y la gente despotricaba contra el clima. Sin embargo ella despierta, soñaba estar entre sus brazos y sintiendo sus labios en el cuello. Un abrazo eterno quería resplandecer.

2 comentarios:

  1. A veces uno espera para no desesperar y así inicia el ciclo de lo que con suerte no nos termina atrapando en un circulo vicioso...

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  2. El resplandor es inevitable porque encontraste la quimica necesaria para que asi lo sea.
    Besos amiga, te quiero mucho.
    Lu.-

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