En medio de la desolación, la calma, la paciencia.
Cierto eco circunla el aire que me suele llamar, me atraviesa el cuerpo como daga y me transforma el alma en auxilio y lamento.
Porque la presencia de tus manos, acaricia mi penumbra…y sólo el respiro, puede contemplarme entera entre tu cielo.
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