Puedo ver tu lluvia acercándose
La lluvia se une entre las tormentas
La fiebre se hace un llanto pálido y terrenal.
Los ojos nunca se cierran,
La garganta se ahoga hasta morir dentro mío
Trago amargo que me traga, de nuevo.
Suelo… ¡tragame de una vez!
Las sombras se bifurcan,
Gris es la ropa del cielo, es gris la ropa que me lleva a mí.
Hay un minuto de calma
Un minuto de dolor
Y mil minutos de ESE ÚNICO AMOR.
El tiempo me es atemporal
Los sonidos se dispersan en llamas resonantes
La música no me habla como antes, hoy, se lamenta conmigo.
Las formas se están volviendo a encontrar abstractas,
¿Cómo será la noche?
¿Cómo serán los días que siguen?
Y, entonces, ¿cómo será la vida después?
Miles de preguntas que sólo vos podes responder
Y a la mañana siguiente, un paraíso no me despierta
Mi futuro pensamiento me sabrá contener
Pero la verdadera contención la olí con vos y con tu sangre: mi roja debilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario