
Cada vez estoy más lejos del pasado. Todo pasa, todo.
Todo llega, todo. Estoy tratando de no sentirme con la misma ira que me producen ciertas cosas que veo, leo o me entero. No es fácil convivir con el pasado, ni tampoco tengo ganas.
El destino- si lo hay- está para elegirse. Ya no depende del viento sur, ni de los deseos reprimidos de un hombre en silencio, ya no se escribe con dedos de pianista, está a punto, como todo.
El pasado siempre vuelve y no nos queda otra alternativa que enfrentarlo...
ResponderEliminarEl pasado se irá de a poco, tengo toda la fé en eso. Cada minuto lo creo más.
ResponderEliminarEnfrentarlo, allí estoy, enfrentándolo!