La ruta esta cerrada.
Los pies inquietos en el pasillo de los dos únicos viajantes, iban deambulando por todos lados.
El camino se volvía enigmático.
El pasajero preguntó hacia dónde debíamos partir, sin saber que hacía siglos al menos, o años, quizás, estábamos viajando.
Una de las compuertas se trabó. La nave estaba destruida. El destino estaba marcado.
Entre el silencio y la desesperación, la pasajera se acercó a su compañero de viaje.
Propuso una despedida, parecía el final.
Tímidos entre los miedos, callados.
Sostuvieron sus manos y prepararon un último beso.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Nunca había entendido la gravedad Hasta que algo atrajo tu cuerpo al mío No discuto que haya ocurrido algo especial Aunque si se bien que...
Es interesante descubrir en medio del relato que ya estaban viajando. Sacando esa frase de contexto, el panorama sería otro.
ResponderEliminarInquietante el texto.
Gracias. Beso
Mauro
Que la nave siga su rumbo, con uno o dos pasajeros. Pero que siga.
ResponderEliminarBeso, Lu