
Se despertaba la calma, o quizás la ira contenida dormía.
Un triste silencio cerró la puerta, aún queda una reja y un candado más.
El destino nos pone donde queremos, quizás hasta nos condiciona y no hablo por mi con respecto a eso.
Un mensaje positivo, se esconde en mi realidad.
Soy feliz volviendo a mí.
No hay fallas en el pensamiento, ni cables a tierra que no acepten el encuentro con mi cuerpo
sin embargo, lejos de vos, entiendo mucho de mí, más aún: afirmo mis convicciones.
Sin saberlo, era fuerte y allí estoy.
Feliz de volver a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario