Tiene una borrosa imagen de mí, por un lado interpreta cosas que no son,
por el otro las cuestiona, y jamás me dio la razón. Está abocado, muy abocado a su mundo interior: libros y poesía. Y no deja caer la tela jamás.
Una noche cualquiera le pregunté ¿qué sería la vida si ya no hubieran más libros o más canciones que cantar? Dijo, impulsivamente como siempre, que ya la vida no tendría sentido para nada; ni para el sexo ni para dormir (dos placeres que le encantan).
Me aterrorizaba pensar que ya no tendria sentido la vida, más aún, cuando mucha gente ya no tiene ganas ni puede escribir más, cuando bajar música por internet es más fácil que comprar un disco y escucharlo sin más ruidos que esos sonidos programados.
Me inquietaba, pero no lo creía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...

-
Con tinta china escribí tu nombre en un banco de plaza. Era una tarde fría de invierno berlinés y, sin temor a reprimendas, tallé tu...
-
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
A veces nos cuestionamos cosas que con la edad no deberían cuestionarse, y al revés.
ResponderEliminarPero hay vida aún sin vida.
Beso, andrés