
Lejos, a la distancia del tiempo que nos dimos,
los ojos disparan miradas para no perecer
se intenta destruir la calma pero el vacío nos condena.
Una llave de magia eterna se abre,
parece que no hay luz, pero se encienden las chispas,
el detalle del momento se expande en el universo de cada singularidad
y los vientos del presente envuelven el pasado hasta ahorcarlo.
Una llama de vela, como una luz inmensa, se mantiene constante y nos da respiro.
La luz va y viene pero sigue estando su presencia.
Buen momento para aprovechar estos vientos del presente, soltar amarras y salir a navegar con la velas bien extendidas...
ResponderEliminarla luz es absoluta
ResponderEliminarTotalmente Alberto, no hay mejor momento que este para salir a navegar.
ResponderEliminarBeso.
Señor Posmópolis, la luz siempre es y lo será todo, aún en la oscuridad.