
El vaso estaba medio lleno. Ahora no llega ni a un dedo de agua. El vaso, incluso, se tomó vacaciones y ya no está mas.
Todo lo positivo quedó postergado hasta el próximo año o con suerte, próximas horas.
No se puede todo, anticipó mi amigo Damián. Todo pasa y todo llega, le retruqué yo, con ese optimismo ciego con el que a veces estoy.
Ahora me pregunto si realmente todo llegará.
"Este año fué el peor de mi vida", ideal para titular la tapa de alguna revista del corazón.
Veremos que pasa, como sigue esto, hacia donde voy y en dónde estaré.
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