Algunas cosas nunca cambian. Los gustos se mantienen constantes pese a que muchas variables intenten modificar la perspectiva que tenemos acerca de algo que nos reclama atención.
Si algo nos llama, nos deleita, nos completa, nos encanta...es poco probable que deje de hacernos sentir eso.
Aunque, algunas cosas sí nos dejan de gustar. Intervienen los sentimientos acá, y cuando se juegan emociones del corazón, a veces, el mejor remedio es el olvido. Es enojarse con aquello que nos gusta para distanciarlo de nuestra mente para siempre. Es creernos el cuento de que "dejó de ser como me gustaba " o "no me gusta más", etc. Es un auto engaño que sirve para que el corazón no se suicide. Para evitar seguir sufriendo, para no condicionarnos más ante esa figura, persona, cosa u objeto que nos puede fácilmente, llegar a tener como esclavos o prisioneros.
Algunas cosas nunca cambian. Los gustos a veces sí.
Si algo nos llama, nos deleita, nos completa, nos encanta...es poco probable que deje de hacernos sentir eso.
Aunque, algunas cosas sí nos dejan de gustar. Intervienen los sentimientos acá, y cuando se juegan emociones del corazón, a veces, el mejor remedio es el olvido. Es enojarse con aquello que nos gusta para distanciarlo de nuestra mente para siempre. Es creernos el cuento de que "dejó de ser como me gustaba " o "no me gusta más", etc. Es un auto engaño que sirve para que el corazón no se suicide. Para evitar seguir sufriendo, para no condicionarnos más ante esa figura, persona, cosa u objeto que nos puede fácilmente, llegar a tener como esclavos o prisioneros.
Algunas cosas nunca cambian. Los gustos a veces sí.
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