Hay un brillo mezclado con magia que pese a las tormentas y a los jueves nublados, no cesa.
Se debe tener certeza a la hora de volar. Las alas con los días se acortan aún más.
El viaje es largo, o al menos duradero. Que no nos fatigue el día. Las estrellas siguen allí con sus destellos cuidándonos.
Se debe tener certeza a la hora de volar. Las alas con los días se acortan aún más.
El viaje es largo, o al menos duradero. Que no nos fatigue el día. Las estrellas siguen allí con sus destellos cuidándonos.
Que un jueves sea nublado no es raro. Que los destellos se opaquen, que sean efímeros resplandores que apenas emanan hilos de luz tampoco, está en su naturaleza y en su definición, son solo eso y valen por eso. Las tormentas son parte de la expresión de la naturaleza, se nos presenta como agua y como lágrimas, en el cielo y en nosotros. Quizás buscar su comienzo no valga la pena al estar ya empapados, pero si en forzar la vista para lograr ver el claro de luz que viene detrás, como cuando antes de que el jueves termine ya nos sentimos en viernes.
ResponderEliminarEs cierto, cuando está por terminar el día ya nos sentimos en el siguiente...gran dato resaltaste.
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