
Ella paseaba desnuda tras haber tenido sexo con su amor.
La brisa y sus manos acariciaban su cabello revuelto. Sus nalgas se meneaban por la cocina en busca de chocolate. No sabía que motivo era el que la llevaba a buscar golosinas luego de hacer el amor.
Su hombre, unos años mayor que ella, estaba rendido pero reclamaba su presencia nuevamente entre las sábanas.
Se subió encima de él, y jugando le preguntó en qué mano tenía chocolates. El contestó que en la derecha. Si adivinaba-aunque siempre estaba en esa mano- habría recompensa.
hermoso texto, gracias angie, besos lau
ResponderEliminarmuy lindo relato. saludos para ti de carmen
ResponderEliminarque buena sorpresa ofrece el texto una vez me paso algo parecido a lo que relatas saludos anto
ResponderEliminarGracias chicas por comentar, ya saben: chocolatines!!!
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