lunes, 26 de abril de 2010
Sincericidio de piel
Haciendo memoria, estábamos en tu camioneta, hacía frío y recién salíamos de la facultad.
Esperábamos del otro cualquier sincericidio de piel que nos acercara. Estacionamos por caballito, en las cortaditas que hay cerca del parque chacabuco, yo miraba para todos lados por miedo a que nos vieran.
Me diste un beso (finalmente) me agarraste la cara despacio, con ternura y posesión. Me vi besándote, con las ganas -muchas ganas- que tenía de que sucediera algo entre nosotros y allí estábamos: jugando a las escondidas por mi noviazgo, dejándonos llevar por el momento.
En ese beso interpreté una sola idea: "quiero esto para siempre".
Por esas horas, pensé que exageraba muchisimo con lo que había sentido.
Me dejaste en la puerta de en mi casa y mientras entraba, iba pensando "¿cómo voy a querer esto por siempre? estoy loca o ¿qué me pasa?".
Errada no estaba, ese beso marcó todo lo que vino después y somos hoy.
Construimos fantasías que hoy son realidad. Construimos besos pecadores de los cuales no me arrepentí jamás y todo este amor que siento por vos, golpea fuerte en mi corazón cada vez que te pienso cerca mío.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Nunca había entendido la gravedad Hasta que algo atrajo tu cuerpo al mío No discuto que haya ocurrido algo especial Aunque si se bien que...
inmensamente erotico ¿quien tiene tanta suerte niña?
ResponderEliminarbellisimo relato, asi ocurre con el verdadero amor
ResponderEliminarbeso
J.