sábado, 27 de marzo de 2010
El estanque
Una piedra en un estanque, arrojada al vacío, sola.
Aquella misma piedra se pierde entre el eco que cómodamente se oye en el lugar.
Una persona pasa, observa detenidamente el amplio espacio que tiene esa sola piedra en el agua y sigue su camino.
A unos pocos metros, otro estanque, otra piedra y la misma sensación que nunca acabará.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Con tinta china escribí tu nombre en un banco de plaza. Era una tarde fría de invierno berlinés y, sin temor a reprimendas, tallé tu...
El estanque siempre espera la piedra y viceversa, ese es el problema...
ResponderEliminarAgus