
La constante disputa del deber y del deseo. De la necesidad como anhelo y las posibilidades concretas de lograrlo. De lo que se posterga y lo que se reprime, de la fusión del día y la noche en perfecta conjunción para llegar al encuentro.
Todo lo que irreversiblemente queda atrás y pasa. Todo lo que hacemos y también pasa.
Aquello que los ojos no miran por temor a ver, aquello que miramos y desprendidos aceptamos como es. En el muelle del aburrimiento, en la espera eterna de cosas inexistentes, en el ahogo en el vaso de agua, en todo eso que intentamos romper constantemente. Y de última para eso también esta la ficción sumergida en realidad.
siempre estamos en el muelle, al borde de...siempre...
ResponderEliminarbesos nena, te quiero muuuucho!!!
Diego!!!