
De a poco uno se desprende del pasado sin más carga que el aprendizaje. No somos más esa sombra de los ojos que vimos alguna vez. La guardia baja, el imperio cae pero se convierte en uno aún más fuerte. Los deseos vuelven a convertirse en realidades. Las manos acarician con la verdad. El tiempo presente es el mejor de todos los tiempos por vivir.
El ayer se guarda en un cajón y sigue la cuenta infinita después del cuatro.
Cautivante esa emoción, hermoso.
ResponderEliminarbesos, Ernesto