martes, 2 de marzo de 2010
El imaginario
Entre lo sutil, lo que se insinúa y lo que es hay una gran distancia que a veces parece muy estrecha. El imaginario personal de cada uno proyecta entre distintos vínculos lazos que son reales y fabricados, allí reside el mayor de los problemas: suponer.
La suposición internamente sostiene un misterio y un mecanismo. El misterio es aquello que se cree o no de algo y el mecanismo es el modo a través del cual se llega al misterio: imaginación, proyección, ganas, inventivo o un simple prejuicio. El imaginario suele ser engañoso y sabe traicionar en silencio.
Todas las conductas que tenemos son por algo, tienen un por qué y hay una trama finita y pesada sobre lo que nos rodea, y como dejamos que nos afecte.
La cuota de realidad está en nuestro interior pero también se trasluce, cuidado.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Con tinta china escribí tu nombre en un banco de plaza. Era una tarde fría de invierno berlinés y, sin temor a reprimendas, tallé tu...
Aveces, la brecha de lo que se presupone se salta con solo preguntar: ¿que me estás queriendo decir?
ResponderEliminarSí, pero la interpretación de esa respuesta presupone otra suposición y además la pregunta nunca encierra la respuesta 100% sincera.
ResponderEliminarPero la pregunta oxigena la relación, en cambio el silencio la congela...
ResponderEliminarLa puede oxigenar pero también opacar...todo depende de la respuesta y el imaginario de cada uno, no se dice siempre todo, algo queda guardado en el tintero, y ahí el dilmema...
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