martes, 23 de marzo de 2010
El desayuno de Judas
En una mágica reunión que por fortuna o desgracia tuve que escuchar, no dejo de sorprenderme del inmenso poder de la idiotez humana.
Dos mujeres se encuentran de casualidad en su lugar de trabajo, una de ellas tiene el cargo más importante en la -digamos- empresa. Una se viste más espléndida que la otra, debe destacarse del personal, claro.
La emperatriz del reino decide solicitar un desayuno, juntas casi cómplices eternas deciden mejor compartir el bello acto de desayunar.
Entre risitas, carcajadas y miraditas compinches se desata una catarata de falsedad prácticamente indescifrable. Ella, la más poderosa, se jacta de su buen humor y su "marido", la otra, menos poderosa pero igualmente detestable acepta gustosa su soletería y su exhausta vida de soltera. Las dos, en un mundo completamente mediocre y artificial piensan de la otra lo peor, sólo que al momento de desayunar se sirven mutuamente el café.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Nunca había entendido la gravedad Hasta que algo atrajo tu cuerpo al mío No discuto que haya ocurrido algo especial Aunque si se bien que...
jaja es genial el texto! besos
ResponderEliminarErnesto