
Allí está la calma contenida. El dolor inmenso de la frustración y de haber perdido - aún haciendo todo lo posible - un amor extraordinario.
El tiempo se detiene en dudas y cuestionamientos. En dolor, en tristeza, en una herida inmensa en el medio del pecho.
Sonrío ante extraños y lloro con los cercanos. No puedo evitar el vacío, el miedo, el temor al futuro. A pensar en arrepentimiento, en el pasado.
Me ata de pies y manos el presente, el domingo, el gris.
Debo confiar en mí, aferrarme a lo que me hace bien y a la tranquilidad de saber que hice todo lo pude hacer.
Si es, será. Sino, será otro el mar que miraré.
parece que te han atado bastante, no permitas que eso te siga sucediendo, cariños
ResponderEliminarcarmen
serenidad, tranquilidad y lo mejor para tí desde ecuador. Saludos,Ernesto
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