
El pasado tenía que convertirse pronto en una condena resuelta.
Se castiga en mi interior- aún en mi presente alegre- el temblor que generan tus palabras penosas.
Se puede vivir olvidando, agotando los recursos de la resistencia,
Se puede vivir intentando, queriendo dejar atrás las sombras negativas.
En un punto, te empeñas en reflejarme el dolor,
en arrastrarme a la miseria que dejamos atrás,
Sin embargo, yo estoy bien e intento ponerme de pie ante cada caída,
mi alma esta tranquila, mi corazón sigue intacto y mi cuerpo me acompaña en cada decisión,
no puedo más que quererme e intentar estar sonriente.
Sufrí demasiado del adiós de la vida y ya no estoy dispuesta a postergar mis deseos y relegar mi vida ni por vos, ni por nadie.
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