
Desde la mañana, una sensación la acompañó con alegría. Sabía que se encontraba cerca de la canción más hermosa que podía llegar a oír.
Sus labios de rubí se balanceaban desprendiendo melodías por la habitación.
Un movimiento en el cuerpo intentó acompañar la felicidad del momento.
Se disponía a cantar mientras festejaba internamente la danza de la música
hasta que culminó aplaudiéndose sola e imaginando las flores y los gritos en su nombre.
Ojala sigas con esa feleicidad interna, mucha suerte en lo que vendra.
ResponderEliminarM.