viernes, 22 de enero de 2010
La niña
Pasado el huracán, la niña soltó su cabello.
Un minuto después, llenó de aire sus pulmones como si una brisa hubiera cambiado el rumbo del viento para siempre.
Ya no temía y prometió no esconderse más.
No había a quién querer sorprender ni por quién intentar cambiar.
Ella y todos sus errores: ella y todos sus aciertos estaban ahora nuevamente en su decisión.
Nada podía distanciarla de sus sueños, ya nada la opacaría.
Caminó entre sol y sombra hacia su casa.
Sonrió durante todo el trayecto e imaginó su vida a partir del momento mágico de aceptarse.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Nunca había entendido la gravedad Hasta que algo atrajo tu cuerpo al mío No discuto que haya ocurrido algo especial Aunque si se bien que...
Uuaauu!!!
ResponderEliminarfinalmente llegaste y eso es lo importante
ResponderEliminarbesos
Ernesto
La vida como el resultado de la suma de nuestros aciertos y de nuestros errores. La madurez como consecuncia de aceptarse uno para poder ser...
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