
En el cielo, una nube blanca y pomposa asoma su belleza. Sutil se ve entre un campo completamente celeste. Su textura de conejo y algodón se luce al verse junto al sol y las estrellas. La solitaria nube no teme ser la única, tampoco quiere estar con nadie ni para conversar. Se mueve de un lado al otro, juega por el espacio y desconcierta con sus movimientos a algunos que no entienden por qué se gira y da brincos tapando y destapando al sol. No saben que esta feliz, y que por eso corre por el cielo para expandir su alegría.
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