Las palabras del silencio, las que se llevan tu voz.
Las que por lo bajo, me dicen que confíe, que no me preocupe, que todo va a estar bien.
Las únicas y dulces palabras, que no salen de tu boca por temor a arriesgarte.
Entro en una especie de fiebre, colapsa mi gesto tranquilo para volverse inquieto un rato.
Te pido más, te ruego.
Me pedís tranquilidad. Yo te pido respuestas.
Me pedís tiempo. Yo te pido acciones y palabras, y más palabras.
Y la fiebre por hablar o escribir no cesa.
Me callo. Consumo silencio.
Silencio en el desayuno, el almuerzo, la cena.
Silencio en el mate, en las tostadas y en la ropa.
Silencio, que se esconde en mis entrañas y no me deja ver la luz.
Silencio que calma, que espera.
Pero yo te pido respuestas y vos, me pedís tranquilidad.
La foto es propia, jugando con luces y sombras
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