Entre los árboles estaba el misterio. Una piedra se escondía para siempre y pedía a gritos no ser encontrada por quién supo arrojarla al vacío una noche.
El camino estaba intacto y lleno de melancolía como cada noche. Durante el día los transeúntes apresuraban el paso hasta tocarla con la punta de sus zapatos.
Un deseo imperante de muerte rondaba entre sus largas filas de hierro.
Aquel hombre de cemento, buscaba sin suerte el susurro del tren a cada instante, como un grito de melancolía haciendo eco en la eternidad.
- El texto fue enviado a un jurado de autores y escritores en la participación de un concurso.
Yo solo aplaudo, nunca tuve vocación de jurado...
ResponderEliminarbellisimo, plasmaste imagenes concretas y fuertes
ResponderEliminarbeso
Gracias Alberto, je. Sí, fue para el concurso de suspendelviaje.
ResponderEliminarGracias "anónimo" fué la idea del texto ya que a partir de una sencilla imagen de las vías de un tren salió la escena.
Gracias a los dos.