
Aún en el sueño ella lo encontraba a su lado, nada de lo sucedido calmaría sus ganas intensas de besarlo. Aún en el recuerdo la niña suspiraba por su amor y pedía entre risas internas que sucediera el milagro de aproximarse a él.
El suspenso de la mirada, abría los ojos en una extraña expresión.
Después del terremoto de la vista, finalmente el beso.
Ningún hombre la había besado así jamás, suspiró tímidamente y encontró la luz de la chispa que tanto necesitaba.
inevitable querer robar esos besos, no deja de sorprenderme tu belleza y tu capacidad para hacer volar la mente con tus relatos
ResponderEliminarfelicitaciones
besos!
andrés