martes, 19 de abril de 2011
Encuentro fugaz
La propuesta sigue en pie, la dama cruzó la calle y arrojó su paraguas al vacío.
La percepción de la lluvia, el ruido quieto de la luna distante, las manos contemplando las gotas que levemente caían en sus dedos.
La piel se le volvió aire, y los chispazos de fuego entraron en su vientre.
El invierno no puedo con su brisa, su pelo mojado y su sonrisa gigante como el cielo, abrían su mirada eterna.
Los coches circulaban, mientras ella seguía bailando en la oscuridad.
La mano de un hombre fue calor en su hombro, las miradas se encontraron y hubo un silencio que apenas pudieron escuchar.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Con tinta china escribí tu nombre en un banco de plaza. Era una tarde fría de invierno berlinés y, sin temor a reprimendas, tallé tu...
Hermoso
ResponderEliminarC.
Angie, lindo relato, tan lindo como tu!!!!
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