martes, 26 de octubre de 2010

Debemos volver...

Ayer conocí un poco más de la vida del actor y cineasta Orson Welles, tipo fascinante, dotado de un talento y un carisma únicos. Pocas veces vi un tipo con tanta presencia.
Había audios, entrevistas, imágenes, recortes de sus películas y a él mismo hablando.
Con tono arrogante cada tanto, gracioso, sin inhibiciones y súper carismático. Concentrado en su trabajo como pocos hombres y mujeres que ahora nos concentramos en algo, atento a cada detalle, obsesivo, capaz, prudente y minucioso.
Algo de todo eso debemos aprender, de volver a la concentración pura del arte, de concebir la cultura y lo que nos da placer desde la única concepción posible: el deseo.

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