jueves, 14 de octubre de 2010

Antes y ahora

Era lindo ser niña y descubrirme escondida debajo de la cama después de una travesura.
Era lindo agarrar mis pinturas, hojas y pinceles y pasarme horas infinitas en el jardín pintando.
Era lindo buscar la ropa de mis papás y jugar a caracterizarme y actuar de Tato Bores, el ex presidente o Palito Ortega. Iba disfrazada hasta mi abuela para hacerla reír, mi mamá se reía a carcajadas (que ya nunca escucharé) y mi papá corría a buscar la grabadora.
Era lindo jugar con mis amiguitos de la escuela, invitar a dormir a casa, esperar ansiosa la merienda y los dibujitos.
Era lindo, esconderme en el placard del jardín y con una linterna leer un libro mientras creía que nadie sabía donde estaba.
Era lindo jugar con mi hermana, y que ella (unos años más grande) me siguiera la corriente en cada cosa que se me ocurría.
Era lindo jugar a la escondida, a la mancha y al veo veo. A pasarme horas y horas embarrándome y corriendo por la casa de mis tíos. A jugar a los jueguitos con mis primos, a divertirme y reírme hasta que me doliera la panza.
Era linda cada cena en mi casa, con mi familia entera. Con la comida rica que hacía mi mamá, con saber que a esa hora llegaba mi papá de trabajar y mi hermana y mi abuela estaban allí conmigo. Eramos cinco, eramos y era todo tan lindo.
Y hoy en la adultes prematura, todavía no encuentro esos escalones de aire que antes tenía. Y trato de buscar la forma de sonreír con la misma inocencia que cuando era chica y queriendo encontrarnos a los cinco de nuevo, en algún rincón de mi corazón que extraña.

1 comentario:

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