Dejaste agotadas las llamadas
en tu cuarto no lloró la bendición
los impulsos del cuerpo se colmaron
de la estúpida bala en tu corazón.
No quisiste venir y abrazarme
sólo un beso te pedí, por favor.
La noche tibia salió a arrastrarme
y los cristales de mis ojos se apagaron, por rencor.
No duelen las espinas en mi espalda
me supe salar las heridas sin tu amor
No duelen las espinas en mi espalda
el viento sólo sopla a mi favor.
Escuche por ahí que estás solo y perdido
que ni la brisa de la noche te acompaña
estás como cuando te pedí que resucites
pero aún en ese tiempo querías vender tu alma
No duelen las espinas en mi espalda
me supe salar las heridas sin tu amor
No duelen las espinas en mi espalda
el viento sólo sopla a mi favor.
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