
Eterno y etereo. Como la soga en el cuello, como ese instante de locura en que pienso en parar todo.
Que el mundo acabe de una vez, y yo con él, para siempre.
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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