Pequeños pasos me llevan hasta vos, hasta tus manos inquietas. Tu boca, tu boca perfecta. Me pongo en puntas de pie, y me acerco. No tengo la proximidad que necesito para escalar tus labios, pero aún así, nos miramos fijo. Tensión irresistible. Tus ojos bajan a mis labios, tu dedo sube a mi boca, mi lengua sabe qué hacer, lento, muy lento.
Mi mano baja de golpe y el sonido del agua me trae al presente. Abro los ojos, solo fuiste una ensoñación encantadora.
©Angie Pagnotta-Depersia
Un microrrelato de ensueño, Angie. Perfecto en letra, espíritu y trasmisión.
ResponderEliminarAbrazos.