Neyén Fausto, eterno, dueño de mi corazón. |
Necesito un gato, no hay vuelta atrás. Necesito que se revuelque en mi espalda antes de dormir y maúlle entre murmullos. Decirle un nombre elegido especialmente y que no responda en absoluto y sólo voltee su mirada si digo 'Michi', o cualquier palabra sin sentido.
Necesito un gato que haga ruido al comer sus galletitas, que mastique furioso como si, en lugar de un felino lánguido, fuera un dinosaurio en un metro cuadrado, disfrutando su banquete. Necesito que juguemos de patas y me atrape, o que me mire y me maulle insistente al abrir una lata de atún.
Necesito un gato, y no hay vuelta atrás. Ya, incluso, puedo decir que no es sólo a Neyén Fausto a quien necesito (mi gato eterno, por siempre, ojos celestes), sino un gato –cualquiera sea– cualquier felino de cuatro patas que me entregue su amor y yo, sin más universo en las manos que todo mi amor, entregárselo a él.
Necesito un gato que se acomode sobre mis piernas en la noche, y que durante el día se abolle en mi almohada y me mire, cada tanto, como sin querer. Que mientras hace sus siestas esté ahí para molestarlo mientras escribo y que las palabras, entonces, vuelvan a fluir. Sé que no dirá nada malo de mí si cada tanto, leo párrafos vehemente, en voz alta, mientras corrijo o leo libros de otros. Sé que no dirá nada, será reservado, y estirará sus patas peludas en señal de que escuchó todo.
Eso necesito, eso, nada más.
©Angie Pagnotta-Depersia
©Angie Pagnotta-Depersia
Bellísimo y conmovedor es poco, no sé qué antes (conmovedor?) y qué después (bellísimo?) o al unísono...
ResponderEliminarMe encantó, Angie. Si tuviera una foto tuya con esta obra maestra (así los denominó Leonardo) llamada Neyén Fausto (puede ser dibujo o pintura, claro) subo tu prosa a mi rincón gatuno para además darle su merecida difusión.
Abrazos y besos para los dos.
PD: Lo extraordinario es que estoy subiendo ahora mismo un poema de haikus que contiene un verso igual a tu epígrafe para él.
Hola Carlos, muchas gracias por tus lindas palabras...que bueno que te gustó. Salió tan del corazón, tan. ¿a dónde puedo enviarte la foto? tengo, claro.
ResponderEliminarFeliz de sumarme al rincón gatuno, por supuesto. Hoy estaré leyendo los blogs pendientes, como el tuyo, que hace unos días no entro.
Abrazos y besos. (Neyén Fausto está en el cielo, por eso, también lo extraño tanto. Falleció en diciembre, era muy viejito ya pero siempre jóven y súper jovial)
PD: wow, que admirable coincidencia de los Haikus. :)
ResponderEliminarEn mi corazón también entonces...
ResponderEliminarcarlosalbertoperrotti@gmail.com
Abrazo y muchas gracias.
PD: Sale en próxima entrada del 10 de junio.
¿Y no tienen gatos en Alemania?
ResponderEliminarPorque si no recuerdo mal la canción de Faibel decía otra cosa...
Saludos,
J.
Sí, hay gatos, no abandonados (por suerte) pero cuando hay, los hay en tránsito o refugios, acá los animales son muy respetados. El punto no es si hay o no hay, el punto es si en los departamentos donde estás te permiten vivir con animales. Veremos. ¡Saludos!
EliminarHermoso texto. Y es así, están mientras escribimos, les leemos cosas que parecen no entender. O si. La mía se sube en mi falda y pispea de tanto en tanto, para bajarse enseguida, quizás pensando "otra vez con eso, vos".
ResponderEliminarBeso grande
Horacio, muchas gracias por leer y por tus palabras. Eso que vos contás de tu gata, me pasaba exacto con Neyén Fausto (y, bueno, con todos mis gatos anteriores, especialmente mi primer gato: Otto). En fin, son tan imprescindibles...ojalá llegue pronto. ¡Besos! ¡Gracias por pasar!
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