Foto: Pietro Rampazzo |
Te di tantos balazos como poesías,
tantas noches de amor, como de agonía,
te di la facilidad de que me mientas en la cara,
mientras ponía la otra mejilla.
Te di tantos suspiros como chupitos de tequila,
tantas tardes de ignorarte, como de buscarte,
te di cada fragmento de mi cuerpo, cada segundo de mi tiempo,
mientras por otra corrías.
¿Qué espero de mí?, me pregunto
¿Qué espero que hagas o que digas?
Prometí no volver a escribir de vos,
no volver a pronunciar(te) mío,
a proclamar entre palabras tu nombre escondido.
¿Cómo detener la neblina?
¿En qué vida, mi vida?
Y tantas otras más.
©Angie Pagnotta-Depersia
No creo que puedas detener la neblina, si esperar a que se disipe, para ver con más claridad.
ResponderEliminarBeso
Confío en eso, Horacio. Será cuestión de tiempo.
Eliminar¡Abrazo grande! ¡Gracias por pasar, como siempre!
"Te di tantos balazos como poesías..."
ResponderEliminarQue genial escrito...
¡Muchas gracias! :) No está bien que lo diga yo, pero ese comienzo y esa frase en especial también me han gustado mucho. Dice, a mis ojos, demasiado. ¡Beso! Gracias por pasar, Miguel.
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