
Como si fuera cierto. Como si todos hiciéramos lo mismo a diario.
La realidad de hoy es esta, y mañana cambió toda la perspectiva y giramos y no sabemos dónde estamos.
Como si los años fueran eternos, y no pasara el reloj biológico o de la mente, que aún escondida simplifica mucho de lo que somos.
Los nostalgias que se hunden en los minutos, apagan de a poco las luces del alma.
Y una lluvia de centenos, cae, sobre nosotros mismos. Avisando que el tiempo no cura nada y la sal no decanta si no es por nuestro alivio.
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