
Aquellos hombres que opacan se jactan en silencio del mal que hacen.
Se mueven perversamente sobre el ambiente como verdaderos camaleones sin destino. No se permiten reivindicar la imagen, o al menos la proyección de ellos. Prefieren el silencio eterno, la risa boba. La hipocrecía no reconoce géneros y sin embargo el sexo opuesto (cualquiera sea) practica meticulosamente cierta maldad, en mi caso, por "fuerza" machista y masculina.
Los hombres hipócritas, astutos y mentirosos del pasado, asisten críticamente al presente para exponer con maldad la vida de cualquiera.
yo fui uno de esos
ResponderEliminarya no
M...
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no soy tarado quise hacer un corazon, corazon
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