Desearte en secreto,
bajo el manto irresistible del silencio,
bajo la alquimia de las palabras mudas,
bajo todas las palabras que invento
para atraerte a mis manos.
A veces te leo y quisiera ser parte de la tinta, espesa e inquieta,
ser parte del chorro negro que cae,
y dibuja los contornos de las letras,
y contiene, seguro, otra mujer, otro nombre, otra piel.
¿Cómo adivinar la cartografía del amor?
Si entre tus lunares,
tus labios
y lo que intuyo de tus besos,
podría dibujarte con los ojos vendados.
¿Cómo llegamos a esto?, me pregunto,
¿Cómo llegué?
mientras tanto, en la distancia,
absorbo el perfume que dejas al terminar de leer este poema.
Otro gran poema, Angie, de nítidos versos y amargo sentimiento.
ResponderEliminarAbrazo.
¡Muchas gracias, Carlos! Es cierto el aire amargo, tan cierto.
Eliminar¡Gracias por pasar, leer y comentar! Siempre un placer leerte :)
Bellísimo.
ResponderEliminarMe encantó esa última frase <3
Beso y abrazo largo, largo.
¡Muchas gracias, hermosa! Creo que tenía que terminar con algo así, tan posible como imposible.
Eliminar¡besote enooooorme!
Muy bueno, no preguntarse tanto, disfrutar y coincidir, acaso un atajo en eso de ser dos
ResponderEliminar¡Tal cual! A veces las preguntas se responden solas y sin hacerse, tal vez en los hechos, los silencios y también las nuevas palabras, las nuevas formas.
Eliminar¡Abrazo y gracias por pasar!