No es inevitable estar a favor o en contra de algo siempre. A veces es necesario mediar entre las tibias aguas del mar gris. No muy favorable es la idea de instinto, aquella idea que alude a que todos los seres humanos tenemos una inclinación a la supervivencia, al apareamiento animal o cosas similares. No recuerdo bien pero hay una teoría antropológica que esta en los libros de Lischetti que explica que es mentira todo ese cuento del instinto, sin embargo y como decía Proust "la inteligencia da pretextos para eludir los instintos" y es por ello que la naturaleza queda relegada algunas veces.
Estamos a favor o en contra de actitudes que nosotros mismos tomamos - y lamentamos- tiempo después. No se muestra el absoluto de nada hasta no contar las partes, en esa lucha, puja y discrepancia de valores, está el relativo valor de absoluto que cada uno, en su nivel de consciencia (de este momento) posee. A dejar de pelear entonces, por tantas causas perdidas. El tiempo verdadero es - y debe ser - llegar día al día, pero hoy.
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