viernes, 29 de enero de 2010

Final caja negra


A veces tratamos de dar motivos a nuestro inquieto pensamiento. Últimamente me he planteado la idea del pasado como algo que debo racionalizar al máximo.
Ya no se trata de qué puedo hacer para cambiar, ya no hay nada que modificar ni cambiar respecto a esos 9 años. Sin embargo, trato de buscar las razones y aprender lo que tuve que afrontar.
En el principio del final, tuve miedo, casi pánico de equivocarme, de tirar a la basura tanto tiempo, de cuestionarme por qué no podría aguantar un poco más y estirar la soga del cuello, de creer que era mi culpa todo esto y entonces una vez más enmendar mis errores. Pasó eso, y el mismo día que charlaba con mi hermana comprendía lo crudo del momento, la situación que estaba dejando que pase como a esa altura entendía, tenía que pasar.
Tuve aciertos pensé. Le dí todo, no dude en eso y creo, él tampoco dudó jamás de mi entrega y mi integridad como persona, como mujer. Acompañé, contuve, amé, quise, abracé, cuidé y hasta protegí su figura con un manto invisible de mimos. Pero, no era suficiente y aún no entiendo cuál fue mi error, porque debo tenerlo. Quizás el hecho de no poner límites, o la estúpida dificultad que tenía para decir que NO en el momento oportuno. Quizás también pueda ser que era muy chica hace 9 años, y sin mayores nociones cometí muchos errores al aceptar y no cuestionar ciertas cosas a las que podía esquivar o dejar pasar.
Del otro lado no voy a cuestionar nada, cada uno hará su juicio y su descargo. Yo ya pensé mucho en esto, y en todo lo que vino después.
Incluso jamás me vi en otros brazos, ni en ese momento ni después. Jamás pensé que mi vida sería con otro hombre, ni con otro camino. Jamás.
El error de creer en lo eterno, irrompible y en esa química absurda que no existe más que como un imaginario y una proyección, porque hubo mucho de eso. Me hacía ruido todo el tiempo el tema de las compatibilidades, algunas eran muchas, otras inexistentes. Criterios, formas, ideas, proyectos...nada era compatible ni mucho menos aceptado por él, hasta postergué muchos sueños y pensaba postergar muchos más. Defraudé amistades sin querer, rompí lazos con amigos, dejé de hacer actividades que creía y creo importantes, dejé de escribir, de cuestionarme cosas todo el tiempo, de pintar, de bailar, de, de y más de.
Y ahí caí.
En la postergación encontré la receta y también la decisión, hoy, acertada.

5 comentarios:

  1. buenismo relato, explica bastante y resume mucho. Se nota tu madurez, tus ganas de seguir creciendo, tu espíritu que esta nuevamente motivado, y sobre todo lo bonita que sos!!!
    Sabes que te quiero??
    Besos!
    Marian

    ResponderEliminar
  2. La frase del final resume todo tipo de planteo, cuestionamiento y pregunta agena. Excelente
    Me gusta mucho tu escritura, gracias por compartirla.
    Algun dia quisiera tener una publicacion tuya en las manos y dejar de leer la compu, je
    besos!

    Gustavo F.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Marian, espero verte pronto! Un beso grande!!! y yo también te quiero muuucho!!

    Gustavo F. Si, la última frase resume todo, se notó entonces lo que quise poner.
    Ojala!! jaja ojalá pueda publicar algo algún día, igualmente pienso que me falta MUUUUUUUUCHO. Gracias por las lindas palabras.

    ResponderEliminar
  4. te ganaste un seguidor con el pulso de tu tinta. Que agradable encontrar espacios como estos. Te felicito. Te sigo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Diego, me halagan mucho tus palabras, gracias por tomarte el tiempo de leerme.
    Y gracias por hacerte seguidor!
    Espero más comentarios tuyos.
    A.

    ResponderEliminar

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...