domingo, 20 de enero de 2019
Y yo sigo sin estar
Hay que dejar de ser pretenciosos,
de especular con el tiempo propio y de los otros,
de ser tan egoístas y sumisos ante el ego,
de buscar en las redes invisibles mimos virtuales de cartón mal pintado,
de morder el anzuelo inútil,
de crear esperanzas ficticias,
de hablar tanto,
de decir poco,
de confiar en lo mediocre,
de burlarse de los demás,
de mirar en los otros las fallas propias y reír,
de llenarnos el culo de mierda ajena,
de castigarnos por el tiempo, el pasado, el miedo –en suma– por todo,
de ser nuestros peores jueces,
de morir de amor a diario,
de confiar en lo inesperado como si fuera el único lugar real del mundo,
de mirar para el costado,
de desear lo que no tenemos,
de lamerle el cuello a la muerte,
de condenarnos por nuestros actos,
de acrbibillarnos por nuestras palabras,
de morir de amor por nada,
de colmarnos la paciencia a nosotros mismos,
de necesitar las caricias virtuales,
de desear la pija ajena, las tetas ajenas, el culo ajeno,
de mentir,
de rogar,
de responder siempre,
de malgastar el tiempo en mirar muros y feeds,
de consentir la estupidez,
de ser condescendientes con la miseria.
Hay que dejar
y volver a estar.
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Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
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Nunca había entendido la gravedad Hasta que algo atrajo tu cuerpo al mío No discuto que haya ocurrido algo especial Aunque si se bien que...
Redondeas el círculo con la imagen que ilustra tan impresionante poema, Angie, escrito con el alma. Enhorabuena!!
ResponderEliminarAbrazo hasta allá de grande. Me lo llevo en la memoria.
Querido Carlos, muchas gracias por tu punto de vista y tus palabras, realmente muy agradecida.
EliminarOtro enorme abrazo para vos, intenso para que te dure toda la semana
Por Dios, Angie Pagnotta, ¿quieres acabar con los blogs? ¿O con facebook? ¿pero, que tienes contra aquellos que publican sus poesías -ya sabes eso de poner un texto en líneas discontínuas- para que les alaben todos sus seguidores?¿por qué te cabrean toda esa gente tan maja que te cuentan la snob exposición que han visitado, o se hacen un millón de selfies bebiendo cualquier mierda en un pub de moda?¿por qué quieres acabar con esas fotos del nietecito, del hijito, y esos sagaces comentarios como "es mi mayor tesoro", "es lo mejor que me ha pasado en la vida"?
ResponderEliminarPorque eso es lo que deduzco de tus palabras.
Creo que eres perversa, y rara.
Pitt Tristán, me hiciste reír con tu comentario. ¡Haz entendido todo! Pero aunque es aplicable a las redes, aplica también al mundo fuera. De todos modos bienvenido y gracias por pasar.
EliminarBello y visceral. Hay que escribir o pintar o cantar, dejar entrar al arte. Y coincido plenamente: desconfiar de las redes sociales y caricias virtuales, quizás no se puedan prescindir del todo. Hay que dejar y volver a estar, parafraseándote.
ResponderEliminarBeso grande
Hay que dejar y volver, tal cual. Y dejar que, como decís, el arte entre en la forma que desee. Mi abrazo siempre, Horacio. Besos.
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